Tiene 25 años. Ha publicado cinco libros de poesía, tres de ellos premiados, y acaba de publicar su primer libro de relatos, La ocarina del tiempo. La escritora betanceira Raquel Vázquez ha aprovechado al máximo su beca en la Fundación Antonio Gala y espera presentar en breve su primera novela.

-La ocarina del tiempo es su primer libro de relatos tras obtener tres premios por sus libros de poesía. ¿Qué le impulsó a dar el salto a la narrativa?

-Hace tiempo escribo relatos y comprendí que la poesía para ciertos temas no era el mejor vehículo. Necesitaba historias, necesitaba personajes. Tenía unos cuentos con ciertos rasgos en común y vi que podía salir un conjunto coherente.

-Sus relatos tienen en común personajes frustrados, que no acaban de encajar. Y un estilo realista. ¿Ha utilizado experiencias propias o de gente próxima?

-Hay un poco de todo. Siempre va haber experiencias propias, aunque solo sea la forma de enfocar la ficción, de narrar sentimientos o emociones. Todo depende de cómo se combinen los ingredientes.

-Llama la atención en sus cuentos que los personajes cargan ya con frustraciones a edades relativamente tempranas...

-La frustración puede estar ahí aunque sean jóvenes. Ahora que todo ocurre tan rápido, que no da tiempo a reflexionar, es importante pararse un momento y pensar. De hecho, en los relatos los mayores conflictos de los personajes están latentes, hay una frustración que no acaba de estallar. Creo que es lo que ocurre en la vida cotidiana, que dejamos pasar las mayores preocupaciones, en silencio, sin manifestarlas, pero se quedan dentro y conviene reflexionar sobre ellas.

-Cortázar está muy presente. ¿Tiene en común con dos de sus personajes que se sabe de memoria el capítulo 7 de Rayuela?

-[Risas] Sí. Lo aprendí con 17 años. Cortázar es de las mayores influencias que he tenido.

-¿Le ayudó su experiencia docente a la hora de dar el pulido final a sus cuentos?

-Todas las experiencias ayudan; pero a mi me ayuda especialmente dejar los cuentos unos meses en el cajón y volver sobre el texto sin piedad, como si fuera de otro. Yo soy la primera que me critico y de forma muy bestia [risas].

-¿Cuesta hacerse un hueco en el panorama literario gallego?

-Publicar es muy complicado y no es la única dificultad. ¿Cuántos libros se publican que no tienen difusión?. Siempre es el mismo proceso: publicas el libro y piensas, 'bueno ¿y ahora qué?'. De hecho, prefiero estar inmersa en el proceso de escritura, porque ahí es donde me siento más cómoda. Cuando termina empieza las preguntas: '¿y ahora qué hago con esto?, ¿qué salida puede tener?, ¿se la merece??

-Da un poco de vértigo.

-Desanima un poco, los primeros libros tienes la ilusión de intentarlo, pero cuando llevas varios publicados y ves que siempre es lo mismo... Todos los libros los he publicado en editoriales distintas, no es como llegar a una editorial y que te acoja, saber que está un editor detrás que espera tu manuscrito?

-¿Echa en falta más apoyo a la cultura local por parte de la administración, que se arrope más a los talentos, se les dé difusión?

-En general no he tenido difusión por parte de ninguna administración. El mayor apoyo que he encontrado ha sido en Madrid y Andalucía. Aquí por ahora no he encontrado ninguno.

-Ha dado un giro de 180 grado. Estudias la carrera de Informática. ¿Mantiene la esperanza de poder dedicarse profesionalmente a la literatura?

-En el 99% de los casos imagino que tendré que dedicarme a otra cosa y ahora mismo pienso eh la informática, creo que es una carrera con futuro. Me gustaría trabajar en eso, pero no pierdo la esperanza de poder vivir de la escritura en algún momento. Es algo que está ahí y no me gusta rendirme en ningún aspecto de la vida.