Nuevo giro en el caso Fadesa. El Gobierno local de Miño, tras anunciar en rueda de prensa un plan de pagos que reducía a la mitad el préstamo concedido por el Estado para pagar la deuda principal a los expropiados, ha decidido dejar sobre la mesa el estudio para pedir nuevos informes. En un caldeado pleno, con constantes interrupciones del público, el alcalde, Ricardo Sánchez, defendió la conveniencia de reclamar a la asesoría jurídica de la Diputación que se pronuncie sobre ciertos extremos antes de tomar una determinación.

El cambio de parecer, que ya avanzaba hoy este diario

, estuvo precedido de una comisión informativa en el que, contra todo pronóstico, el regidor y sus socios del PP optaron por abstenerse en el debate de su propuesta. Este anómalo hecho hace que, realmente, el asunto, más que retirarse de la mesa, decaiga directamente, ya que para su debate, el pleno debería haber aprobado su inclusión por la vía de urgencia.

La tensa asamblea con los vecinos celebrada el pasado viernes ha acrecentado las dudas del Ejecutivo sobre la procedencia de dilatar el pago de la deuda principal hasta 2026 después de haberles prometido a los expropiados el pago inminente de los 12,5 millones, que ya están depositados en una cuenta del Concello. El alcalde insistió nuevamente en la sesión en la necesidad de conjugar el pago de la deuda con medidas que "no lleven a Miño al desastre".

El regidor y sus socios del PP vetaron el debate de una moción del PSOE para exigir a la Xunta que asuma parte de la deuda por su responsabilidad en la tramitación de las autorizaciones de Costa Miño Golf. Pese a que la Corporación había pactado que se debatirían todas las mociones que se presentasen dos días antes del pleno, el Ejecutivo votó en contra de la urgencia ante los improperios del público. Ricardo Sánchez argumentó que ya habían iniciado los trámites para realizar la solicitud a la Xunta, aunque no aclaró en qué términos.

Fue una sesión tensa, interrumpida por las constantes imprecaciones del público y con más de una salida de tono por parte de los asistentes, que llegaron a atacar de forma totalmente injustificada a la secretaria municipal. El pleno finalizó como el rosario de la aurora y sin despejar la incógnita de cuándo ni cómo cobrarán los expropiados.