El alcalde de Miño, Ricardo Sánchez, firmó un decreto el pasado 27 de mayo por el que ordena el pago de la deuda principal con los expropiados de Fadesa. La resolución llega 12 años después de que el Concello ocupase los terrenos para construir esta macrourbanización. El pago de la deuda principal zanja una década de pleitos que han enfrentado a los afectados con el Ayuntamiento, que recurrió hasta el final el justiprecio que multiplicó por cuatro el valor de los terrenos.

El pago llega después de varios meses de dudas y volantazos del Ejecutivo local, que se planteó renunciar al 50% del préstamo. La demora en realizar las transferencias ha incrementado los intereses en cerca de 150.000 euros, según denuncia el PSOE. El Concello ha decretado una minoración del 1% en la deuda principal alegando que Fadesa puso a su disposición el 0,5% de los créditos y que no presentaron el número de cuenta para efectuar los pagos.

El pago de la deuda principal pone fin a la sangría de los intereses, pero no supone el resarcimiento íntegro a los afectados. El Ayuntamiento miñés debe aún nueve millones en intereses y tendrá que aprobar un plan económico-financiero para garantizar la devolución del préstamo de 12,5 millones que le ha concedido el Estado para pagar la deuda principal. El Concello pospone hasta el primer trimestre de 2017 la aprobación del plan de ajuste, en contra de lo recomendado por el ya exinterventor municipal.

El alcalde evita pronunciarse de momento sobre los recortes precisos para afrontar el pago y confía en conseguir una ampliación del plazo de devolución del crédito o que el Supremo acepte su pretensión de declarar a Miño acreedor preferente. El Ejecutivo municipal espera además poder negociar una quita de los intereses con los afectados.