La caravana que el pasado sábado reivindicó la liberalización del peaje de la AG-55 recuerda a aquella otra que colapsó la vía hace veinte años. Los municipios de la comarca bergantiñana acumulan dos décadas de protestas intermitentes contra el cobro de una tasa por transitar por una autopista que nació como autovía libre de peaje.

Un repaso a la historia de esta vía arroja luz sobre de una reivindicación recurrente que ha reactivado ahora la decisión de Fomento de construir una nueva carretera hacia la tercera ronda que costará 32 millones de euros en vez de eliminar el peaje entre A Coruña y Arteixo, que según el Concello cuesta 22,3 millones de euros.

La negativa del gobierno gallego y estatal a sentarse y analizar la posible supresión del canon y la decisión de Fomento de pagar un peaje en sombra para el tráfico portuario ha alumbrado la creación de una plataforma, similar a aquella que se constituyó hace dos décadas y en la que se integraron los alcaldes de todos los concellos afectados, aunque los del PP fueron finalmente los primeros en descolgarse.

El alcalde de Arteixo, el popular Carlos Calvelo, abandera ahora la reclamación de liberar el peaje de Pastoriza, aunque sin integrarse en la plataforma, de la que sí forman parte el resto de fuerzas de la Corporación arteixana y que demanda la liberalización total de la autopista.

►1990. El Parlamento da luz verde a la construcción de una autovía. El proyecto de la por entonces autovía que enlazaría A Coruña y Carballo se remonta a 1990. El propósito original era dar servicio a los polígonos de A Grela, Sabón y Bértoa y descongestionar el tráfico de la AC-552. La construcción de esta autovía fue aprobada en el Parlamento en 1991. Un año después, alertados por los rumores de la implantación de una tasa, socialistas y nacionalistas presentaron una moción para "instar a la Xunta a que mantenga la solución de una autovía, siempre sin peaje". La propuesta fue aprobada por unanimidad. Durante el acto de colocación de la primera piedra, el por entonces conselleiro de Política Territorial, Xosé Cuíña, afirmó estar en contra de cobrar un canon, una promesa que no mantuvo.

►Inauguración de una autopista por sorpresa. El PP prometió en campaña en 1993 que la vía entre A Coruña y Carballo no tendría peaje y expropió los terrenos para la construcción de una autovía e. Pese a ello, y para sorpresa de los ciudadanos, la Xunta adjudicó en 1995 la concesión administrativa de la construcción, explotación y conservación de la AG-55. El 30 de diciembre de 1997, el entonces presidente del Gobierno gallego, Manuel Fraga, y el conselleiro de Política Territorial, Xosé Cuíña, inauguraron el segundo tramo de la autopista entre fuertes medidas de seguridad. Abrieron los peajes rodeados de antidisturbios y bajo un aluvión de críticas, no solo por las tarifas, sino también por el trazado, muy sinuoso en varios tramos.

►Se constituye la plataforma por una autovía gratuita y se suceden las protestas. La instalación de cabinas de peaje dio pie a la constitución de la Plataforma pola Autovía Gratuita. El colectivo, que permaneció activo hasta 2002, aglutinó asociaciones vecinales, empresariales, sindicatos, taxistas, transportistas y políticos de todas las siglas. El colectivo recogió más de 16.000 firmas contra la tasa, convocó manifestaciones, caravanas de protesta o una simbólica recogida de pesetas contra el peaje. Los primeros en descolgarse de la asociación fueron los alcaldes del PP y con el paso del tiempo el colectivo fue perdiendo fuelle, aunque la reivindicación de liberar el peaje se ha mantenido vigente durante todos estos años y ha dado pie a innumerables mociones.

►El bipartito critica al PP por renovar la concesión y renuncia a liberar el peaje por su elevado coste. Tras años de criticar la imposición de un peaje, socialistas y nacionalistas renunciaron a suprimir las tarifas durante su gobierno. En una visita a Arteixo en 2007, el presidente Emilio Pérez Touriño justificó su paso atrás por la decisión del Ejecutivo del PP de renovar la concesión hasta 2045. Era "inviable", justificó Touriño.

►Subidas de tarifas y desprendimientos avivan el malestar. Desde la imposición del peaje, las tarifas han registrado un incremento próximo al 70%. La Xunta ha aprobado bonificaciones para los conductores habituales, pero permitió a la concesionaria seguir cobrando la tasa en momentos tras los desprendimientos que obligaron a mantener un tiempo cortado un carril de la vía al tráfico. El trazado de esta carretera, con pronunciadas curvas en varios tramos que obligan a reducir la velocidad, ha sido desde su apertura motivo de críticas de los usuarios.

►El peaje en sombra solo para el tráfico portuario, la gota que colma el vaso. La decisión de Fomento de abonar un peaje en sombra solo para el tráfico portuario y construir una nueva carretera hasta la tercera ronda en vez de suprimir el peaje de Pastoriza ha reactivado el malestar de políticos y ciudadanos, que preparan nuevas movilizaciones.