El Concello se ha consolidado en los últimos años como un nuevo escenario para celebrar bodas. El número de ceremonias ha crecido todos los años desde 2011, a excepción de 2013 cuando se produjo un considerable descenso. En 2011 se celebraron 46 enlaces y en 2015 la cifra ya alcanzó las 65, según los datos del Ayuntamiento de Arteixo.

Arteixo no cobra ninguna tasa por celebrar las ceremonias. "Somos prácticamente el único ayuntamiento de la comarca que no cobramos", explica el alcalde, Carlos Calvelo. Y destaca que el número de asistentes a los enlaces suele variar, ya que hay bodas con "solo cuatro" personas "a otras de ciento y pico". Los interesados deben realizar todos los trámites en el Registro Civil y después pueden escoger el lugar donde realizar la ceremonia de la boda: en el Ayuntamiento o en el Registro Civil.

El año que más bodas se celebraron en la Casa Consistorial desde 2011 fue 2015, con 65 celebraciones en total. Uno de los mejores datos también se vivió en 2012 con 55 uniones de parejas. El año en el que hubo menos fue 2013, en el que se celebraron solo 41. Los meses más demandados para realizar las bodas son julio y agosto. En 2015 en cambio septiembre ganó la partida con 13 ceremonias en total. Normalmente en estos meses de verano el número de bodas ronda las diez.

Las ceremonias se realizan en el salón de plenos de la Casa Consistorial, donde el alcalde o un concejal de la Corporación ofician la unión de la pareja. Calvelo explica que intenta oficiar la mayoría de los enlaces.

La ceremonia consiste en la lectura de unos artículos del Código Civil, en el que vienen detallados los derechos y las obligaciones del matrimonio. El alcalde relata que en todas las ceremonias lee un poema porque la ceremonia civil que marca la ley es "estricta". "Se permiten la ceremonia de la vela o de la arena. O a veces hay gente que introduce música", relata Carlos Calvelo.

Estas ceremonias han dejado un elevado número de anécdotas que todavía recuerdan en el Concello. Una fue la de unos motociclistas que a la salida del Ayuntamiento se encontraron con los asistentes montados en sus motos y quemaron rueda en vez de tirar el tradicional arroz y otra se celebró el Día del Libro porque la pareja de los novios se había conocido ese día, según indican desde el gabinete de Alcaldía.

Una anécdota más clásica fue una ceremonia en la que la novia llegó una hora y media tarde al acto, según recuerdan desde el gabinete de Alcaldía, que se encarga de dar el último paso para celebrar las ceremonias en el Concello. El regidor arteixán también recuerda que en una ceremonia "faltaron los anillos" y unos amigos de los novios tuvieron que prestárselos.