La Audiencia Provincial deberá pronunciarse sobre el archivo de las diligencias abiertas por un juzgado de instrucción coruñés por las posibles responsabilidades penales en el accidente en el que el 5 de septiembre del año pasado murieron siete personas y resultaron heridas de diversa consideración otras catorce en el Rally Cidade de A Coruña a su paso por el concello de Carral. La juez, en un auto firmado a mediados de diciembre, tres meses después del suceso, acordó el sobreseimiento de las investigaciones al concluir que, según los informes elaborados por la Guardia Civil y el sector de Tráfico de A Coruña, "todas las medidas de seguridad que podían exigirse a la organización para el buen desarrollo de la prueba deportiva se cumplieron". Un particular ha recurrido ante la Audiencia, según han informado a este diario fuentes judiciales.

El auto considera en su parte dispositiva que los hechos que dieron origen a las diligencias previas son "atípicos penalmente". La titular del Juzgado de Instrucción número 8 recoge en su auto que una vez ocurrido el accidente se comprobó que las medidas de seguridad "resultaron insuficientes", pero rechaza que hubiera falta de diligencia de los organizadores de la carrera, que fue responsabilidad de la escudería One Seven. "La organización cumplió las exigencias que se le impusieron para minimizar el riesgo que este tipo de competiciones deportivas conllevan y, por ello, ningún reproche se le podrá hacer", refleja el auto.

La tragedia la ocasionó la salida de la carretera de un vehículo participante en el rally, que en un tramo recto cuesta abajo entre dos curvas a la derecha arrolló, tras dar vueltas de campana, a un grupo de espectadores que presenciaban la prueba desde fuera de la vía. Dos hombres y cuatro mujeres, dos de ellas embarazadas, murieron y más de una decena de personas resultaron heridas. Un día después falleció una menor a consecuencia de la gravedad de su estado.

La magistrada elimina también "desde un punto de vista penal" toda responsabilidad del conductor del coche que atropelló a las víctimas, al que la prueba de consumo de alcohol y drogas que se le practicó tras el accidente dio resultado negativo. Añade que la velocidad a la que pudiera circular, "superior a la permitida en condiciones normales al tratarse de una competición deportiva", y las causas que hicieron que perdiese el control del vehículo en la curva y se saliese de la vía "son irrelevantes".

La responsabilidad penal tampoco la advierte la juez en el fabricante del vehículo, un Peugeot 206, "por cuanto no se acreditó que se hubiese salido del trazado por algún fallo mecánico". Añade sin embargo que el coche se sometió a una revisión técnica casi un mes después del accidente y debido al mal estado en el que quedó "su inspección mecanizada" resultó "imposible", lo que redujo "de manera importante los datos necesarios para hacer una completa valoración".

La resolución del juzgado de instrucción se apoya en un atestado del accidente elaborado por la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Guardia Civil y en otro del sector de Tráfico de A Coruña, además de en un informe sobre el cumplimiento de las medidas de seguridad exigidas para la celebración del rally.

El primer documento recoge que la organización dispuso de todos los medios humanos y materiales para la prueba y señalizó debidamente las zonas consideras de riesgo, y que personal de Protección Civil de los concellos por los que transcurría la carrera, de otras escuderías participantes y de la Guardia Civil prestaron servicios de vigilancia para garantizar la seguridad vial en los tramos abiertos a los usuarios de las vías.

El informe del sector de Tráfico refleja que ni la organización del rally ni la Guardia Civil permitieron la presencia de público en las zonas acotadas cuando hicieron el reconocimiento previo a los tramos de la prueba, una trámite que llevaron a cabo también el mismo día de la prueba antes de que hubiera espectadores.

Los responsables de seguridad de la prueba declararon que la curva de la parte superior de la recta donde se produjo el accidente se consideró un punto de riesgo que se encintó para impedir que allí se situase el público.