La investigación judicial del accidente del Rally de A Coruña a su paso por Carral ocurrido el 5 de septiembre del año pasado, en el que murieron siete personas y hubo catorce heridos -la mayor tragedia registrada en el deporte español- descarta responsabilidades penales en el piloto que arrolló a las víctimas, el fabricante de su automóvil y los organizadores de la prueba, de quienes la juez instructora señala que cumplieron "todas las medidas de seguridad que podían exigirse para el buen desarrollo de la carrera". La magistrada archivó en diciembre pasado las diligencias abiertas a los pocos días del suceso, aunque la Audiencia Provincial tendrá que pronunciarse después de que un particular interpusiera un recurso ante este órgano judicial.

Poco más ha trascendido en casi un año de un accidente tras el cual la mayoría de los implicados (organizadores, Tráfico, Guardia Civil, Xunta) insistieron en que los requisitos de seguridad se cumplieron de forma rigurosa, pero que dejó alguna incógnita por despejar, sobre todo porque desde pocas horas después de la tragedia testigos discreparon sobre el dispositivo y la colocación del público que fue atropellado. La juez concluye que "los que intervinieron de algún modo en el rally", incluidos los espectadores, no incurrieron en ningún delito penal.

El accidente. Pasadas las 19.30, el vehículo que conducía Sergio Tabeayo, un Peugeot 206, se salió de la carretera en un tramo recto cuesta abajo entre dos curvas a la derecha, una de ellas, que el coche ya no llegó a tomar, muy cerrada, en las inmediaciones de la iglesia de Santo Estevo de Paleo, y arrolló a un grupo de aficionados que estaban fuera de la carretera, en la parte derecha de la vía. Un atestado de la Guardia Civil de Tráfico aportado a la investigación hace constar que el vehículo perdió el control y salió de la carretera por el margen derecho, "que si bien no sería lo habitual, cabe esa posibilidad".

El piloto. La resolución elimina toda responsabilidad penal del conductor en el accidente. La prueba de alcoholemia y drogas que se le practicó a Tabeayo dio resultado negativo y la velocidad a la que circulaba el coche y las posibles causas que motivaron la pérdida de control son "irrelevantes" para la juez. El auto no alude a que se le tomara declaración al piloto.

El fabricante. Tampoco hay derivada ninguna responsabilidad penal por parte de Peugeot. La instructora apunta que fue imposible hacer una inspección técnica del coche debido al mal estado en que quedó a consecuencia del accidente, pero sí una revisión administrativa que concluye en cambio que el pertinente proceso de regularización para transformar el vehículo en una máquina para competiciones deportivas no se había finalizado.

La seguridad. El auto se extiende más en detalles relacionados con la seguridad de la prueba, responsabilidad de la organización, la escudería One Seven Racing. Para determinar si esta cumplió las medidas exigidas, la juez examina informes de la Guardia Civil y del sector de Tráfico de A Coruña, sobre los que extrae la conclusión de que los organizadores y la Guardia Civil analizaron y repasaron todos los tramos de la prueba y no permitieron la presencia de público en zonas acotadas por considerarse peligrosas por la propia organización. En la curva de la parte posterior de la recta donde se produjo el accidente también se prohibió que hubiera espectadores al considerarse como un punto de riesgo. Reitera la magistrada que, aunque a la vista de lo ocurrido la medidas resultaron insuficientes", se cumplieron las condiciones de seguridad y no hubo falta de diligencia por parte de los organizadores, quienes dispusieron "todos los medios humanos y materiales necesarios".

La prueba. Una vez que el presidente de la escudería organizadora solicitó autorización a la Xunta para la celebración del rally, la Consellería de Presidencia pidió un informe al sector de Tráfico de la Guardia Civil de A Coruña sobre el trazado. Este documento, señala el auto judicial, acepta el itinerario propuesto por la organización "no por idóneo, sino por no existir ningún otro que pueda reunir condiciones de seguridad suficientes". Este informe advierte de que "por muchas medidas que se adopten, es imposible tener controlados dentro de los tramos" a los espectadores.

El público. "No cabe ningún reproche penal respecto a los espectadores accidentados", refleja la juez en el auto, aunque a continuación hace una advertencia general para todo el público que acude a los rallies: "Probablemente los espectadores no son conscientes del peligro que entrañan estas competiciones y de ahí que sea la organización y los demás partícipes, que sí conocen el peligro, los que deben velar por ellos colocándolos en un lugar considerado a priori como seguro y asegurándose de que permanecen en dichos lugares".