Apenas se conserva nada del convento de San Francisco construido en el siglo XIV en Betanzos. Solo la iglesia y una parte del ala oeste sobrevivieron a la Desamortización de Mendizábal de 1835, que condenó al olvido este monasterio promovido por el noble Fernán Pérez de Andrade, O Boo. Sus piezas están ahora diseminadas por todo Betanzos. Hasta el punto que una familia conserva en su casa varios capiteles del templo. Unas piezas de gran valor que el Concello se ha propuesto ahora recuperar.

El alcalde, el socialista Ramón García, ha solicitado a la Dirección Xeral de Patrimonio que lleve a cabo las actuaciones necesarias para "lograr que este patrimonio betanceiro de gran valor artístico y cultural esté custodiado en el lugar que le corresponde: en el Museo das Mariñas". Desde el Gobierno local desvelaron ayer que llevan dos años de "gestiones" para intentar recuperar las piezas, pero que las conversaciones "no han llegado a buen fin".

¿Cómo unas piezas tan valiosas terminaron de adorno de una casa particular? La explicación va pareja al triste final de este convento, que fue demolido en 1878 para construir una travesía. El director del Museo das Mariñas, Alfredo Erias, relata los pormenores de la historia en su artículo Capiteis do destruido moesteiro de San Francisco e outros restos do desastre. Según este estudio, redactado en base a las actas de la época, el convento se destruyó en varias fases entre 1872 y 1878.

El destino de las piezas que componían en templo fue de lo más variopinto. Puede decirse que hoy hay restos de este convento por todo Betanzos. Las piedras sirvieron para pavimentar plazas, calles, escalinatas y paredes de viviendas particulares y "las más bonitas" fueron utilizadas por vecinos para adornar el interior de sus casas. Entre ellas, los capiteles y bases que atesora la casa de la familia Dapena, herederos de un exalcalde y que fueron fotografiados y analizados por Alfredo Erias en su estudio.

Durante los últimos años, el museo ha recuperado piezas importantes, algunas de ellas cedidas por la comunidad franciscana y otras reencontradas casualidad o devueltas por los vecinos y algunas recuperadas gracias a la colaboración de la Dirección Xeral de Patrimonio.

La recuperación de estas piezas resultaría clave para poder reconstruir parte del claustro y recuperar al menos parte del patrimonio perdido, un objetivo que se ha marcado el director del Museo das Mariñas y, de momento, sin fecha en el calendario.