La asociación de vecinos de Filgueira de Barranca, en Oza-Cesuras, reclama mejoras urgentes en la seguridad de la carretera que atraviesa el núcleo, la AC-840. El colectivo exige aceras, bandas reductoras de velocidad y más vigilancia en una vía en la que coches y motos pasan "disparados", critica su portavoz, Conchi Fernández. "Hasta hay carreras ilegales, las motos pasan a una velocidad tremenda", relata y añade: "Los fines de semana cuesta muchísimo acceder a la carretera y si cruzas a pie te juegas el tipo".

El accidente mortal de un motorista que se registró hace una semana ha colmado la paciencia del colectivo vecinal, que lamenta que la Administración no haya tomado ninguna medida a pesar del elevado índice de siniestralidad de la vía. Lo cierto es que esta carretera de curvas sinuosas ha registrado numerosos accidentes y se ha cobrado varias víctimas mortales en los últimos años, como recuerdan los vecinos. No solo por excesos de velocidad, sino también por el mal estado del firme en varios tramos, como denunció hace un año el Concello.

A pesar de que la vía atraviesa la localidad, los residentes no disponen de una senda ni de pasos de peatones para comunicar ambas márgenes del pueblo, que han quedado "prácticamente incomunicadas", critican. Conchi Fernández relata que llegaron a darse hasta casos de ganaderos que tuvieron que abandonar parte de sus pastos por el peligro que suponía cruzar con las reses. "No hay zonas de paso seguras", lamenta.

Los residentes consideran preciso reducir el límite de velocidad de la vía a su paso por las zonas habitadas, instalar bandas, construir aceras y reclaman también una senda que les permita comunicar el campo de la feria, donde está ubicado el centro social, con la iglesia, que tendría una longitud estimada de dos kilómetros. "Antes la gente podía ir andando, pero ahora es imposible", lamenta.

La asociación tiene previsto elevar sus demandas a la Administración. Recalca que solo pide medidas "que faciliten la vida de los vecinos" de este municipio rural, muy alterada por una vía en que la circulación y, sobre todo la velocidad de los coches, no se acompasa con la rutina de los residentes. El colectivo sostiene que la ausencia de medidas que garanticen la seguridad en la AC-840 supone un serio contratiempo para los vecinos, especialmente las personas de avanzada edad. También a la hora de dar a conocer la localidad. "Tenemos una ruta, la de As Fervenzas da Rexeidoira por la que pregunta mucha gente, pero es imposible ir caminando y así es difícil darla a conocer", explica la portavoz del colectivo, que espera que la Xunta atienda sus reclamaciones y tome medidas que los sobresaltos de tráfico que tienen en vilo la aldea.