El tornado que se formó en Sada el pasado domingo provocó escasos daños materiales, tan solo tumbó una antena, pero dejó a su paso un reguero de asombro en esta villatornado Sada , poco acostumbrada a fenómenos meteorológicos de este tipo.

Los meteorólogos explicaban ayer que, aunque se trata de fenómenos muy infrecuentes, se han dado otros casos en Sada. "Hubo otro hace seis o siete años", recordó ayer Carlos Balseiro, de 4 gotas. Un paseo por las hemerotecas revela que no solo se registró un tornado en 2009, sino que también hay constancia de otro en 2011, de menor recorrido.

El tornado de mayor virulencia que atravesó Sada en las últimas décadas se formó en abril de hace siete años y ocasionó destrozos en cinco tejados, diez coches y en diverso mobiliario. También se llevó por delante parte de la carpa de un circo y arrastró unos treinta metros una marquesina del paseo. En ese caso, el tornado comenzó en el mar, como suele ser más habitual.

Los expertos explicaban ayer a consulta de este diario que los tornados en Galicia son infrecuentes, aunque se ha producido un incremento en los últimos años, especialmente en las Rías Baixas. En muchas ocasiones se trata de mangas marinas que se disipan al poco de tocar tierra, aunque también se han formado tornados en tierra, como el que supuestamente pasó este domingo por Sada y MiñoSada y Miño.

Ya sean en tierra o en mar, son fenómenos breves debido a la peculiar orografía gallega, que contribuye a frenar su expansión y a evitar que se produzcan los daños que se registran en zonas de llanura. "En Galicia suelen ser de pequeña duración, lo normal es que tengan poco recorrido y no mucha virulencia", explicaba ayer a consulta de este diario Juan Taboada, de MeteoGalicia.

Los tornados se producen en casos de inestabilidad atmosférica y suelen ser el desencadenante de un choque entre una masa de aire frío en altura y otra de aire templado en superficie. Ese cruce de temperaturas es especialmente frecuente en otoño o primavera, en momentos de contrastes de temperatura.

A esa inestabilidad atmosférica se suma una concentración especial de energía. "Los tornados necesitan mucha energía en la atmósfera, suelen producirse cuando se concentra toda la energía en un chubasco con mucho desarrollo vertical, un chaparrón intenso", explica Carlos Balseiro, de 4 gotas. En estos casos, puede darse el caso de que el viento llegue a arremolinarse y se forme un embudo.

Los expertos consultados ayer por este diario inciden en que, pese al incremento, los tornados siguen siendo fenómenos raros en Galicia y poco virulentos debido a su orografía. "Aunque aumente su frecuencia, los daños que puedan llegar a causar no serán muy grandes", incidía ayer Carlos Balseiro, que tras visualizar los vídeos que en las últimas horas circularon por las redes sostiene que en esta ocasión el tornado se formó en tierra. Como en anteriores ocasiones, no todos los expertos consultados coinciden en este punto.