Teresa Rubira es una de las alma máter de AIRE. Esta profesora de danza de Oleiros se encarga de organizar a voluntarios, celebrar actividades de sensibilización y tramitar ayudas para los refugiados. Tiene claro que el "momento de actuar es ahora" y aunque admite sentir una "impotencia enorme" no se deja vencer por el desánimo. Todo lo contrario. "Cada vez cojo más fuerzas", asegura. Teresa ha viajado en varias ocasiones a Katsikas, donde ha realizado labores de acompañamiento a mujeres y niños. "Son iguales a nosotros", destaca esta voluntaria, que compagina sus trabajos en el campamento con charlas y la organización de actividades para sensibilizar a la población. "No es una crisis humanitaria, es una crisis de humanidad", lamenta Rubira, que no oculta su "orgullo" por la labor desarrollada por AIRE y por la solidaridad de los coruñeses, el Concello y otras entidades que "se han volcado" con la asociación "desde el primer momento".