Desde el pasado mes de octubre hasta este martes que tuvo lugar el último episodio, el semáforo del cruce de Sol y Mar en Perillo, el que está en la margen derecha en dirección a A Coruña, ha registrado una decena de averías, un número que por estadística parece demasiado elevado para ser accidental y que ya ha llevado al Ministerio de Fomento a sospechar de que alguien pueda estar detrás de estos incidentes. Así lo confirmó ayer el alcalde, Ángel García Seoane, que indicó que Fomento le había enviado una carta en la que apuntaba a "causas ajenas" al propio semáforo y anomalías que "no son normales".

"Dijeron que era el botón, el que se presiona para que los peatones pidan paso, que quizá alguien le estaba dando, pero lo cambiaron, ahí se ve el nuevo. Pero volvió a averiarse. Le cambiaron todo el cuadro eléctrico, pero volvió a averiarse", subrayó García Seoane.

"El semáforo es todo nuevo, entero, las bombillas, los cables, la electrónica, el pulsador, y aún así este día ha vuelto a averiarse y tuvimos que llamar a Conservación de Carreteras para que viniesen a arreglarlo", explicó el concejal de Obras, Rodrigo López Piquín, en referencia al pasado martes día 3, en el que de nuevo este semáforo se quedó en negro hasta cerca del mediodía. Estos incidentes han causado importantes retenciones y mucho peligro para conductores y viandantes, éstos últimos obligados incluso a parar el tráfico levantando las manos para poder cruzar la Nacional VI.

El ministerio, el pasado mes de noviembre, tras dos averías importantes en los dos semáforos de este cruce, ya anunció que los técnicos estaban investigando las causas de estos últimos fallos y que habían observado cortes intermitentes del suministro eléctrico, pero no por un mal funcionamiento de dichos aparatos sino por cortes de luz en el propio alumbrado municipal.

Al menos una de las averías de los semáforos pudo deberse a un corte de luz por una fuerte tormenta, como ocurrió el pasado 2 de noviembre, que dejó sin alumbrado a todo el entorno de este cruce. Sin embargo, el resto de la decena de averías no se produjeron ni en momentos de tormenta ni de cortes de luz en el alumbrado público del entorno, por lo que lo que le sucede a estos semáforos es por ahora un misterio.