El Ayuntamiento de Oleiros, el de Marín (Pontevedra) y el de O Barco de Valdeorras (Ourense), han sido los tres escogidos por el Consello de Contas para ser fiscalizados, analizar sus cuentas y su gestión del año 2013. Hacía 16 años que este concello no era inspeccionado por Contas, desde que lo hizo en 2001, aunque entonces centrado solo en el urbanismo.

Contas aprobó estos días su plan de trabajo para 2017 e incluye fiscalizaciones que se realizan en cumplimiento de un mandato legal, por recomendación del Parlamento, en colaboración con el Tribunal de Cuentas, y otras que programa del Consello por su propia iniciativa, y éste último caso ha sido el de Oleiros (junto con O Barco y Marín).

En este tipo de fiscalizaciones, Contas mira sobre todo los contratos realizados, temas de personal, si han cumplido los principios de transparencia y también analiza, si han existido, los reparos de Intervención e informes de Secretaría.

El ejercicio de 2013 incluyó en Oleiros un presupuesto de 24,1 millones de euros. En esa fecha se contrataron asuntos como la redacción del plan parcial y el de reparcelación del sector urbanizable SUD-1 de Mera o el proyecto de urbanización y reparcelación del polígono 16 de Corredoira das Viñas (cuyo replanteo comenzó esta pasada semana), así como asistencias técnicas para actualizar el catastro o la dirección de las escuelas municipales de danza y música.

El Consello de Contas fiscalizó el urbanismo realizado en Oleiros entre 1998 y 2001 y concluyó que muchos expedientes urbanísticos, en esa época, caducaban y recomendaba reforzar el servicio de inspección urbanística además de detectar falta de coordinación entre urbanismo, intervención y recaudación en cuanto a la contabilización, exigencia y recaudación de las sanciones y multas. Los cuestionamientos de Contas fueron muy leves, aunque el Ejecutivo local presentó unas amplísimas alegaciones en contra, alguna estimada por el órgano fiscalizador pero el resto rechazadas.