Como era de esperar, el intempestivo intento del Concello de Betanzos de negociar la compra de los leones del Santuario de Covadonga ha recibido un no rotundo del Arzobispado de Asturias. El arzobispo de Santiago, Julián Barrio, ha comunicado por carta al Ayuntamiento brigantino la negativa de sus compañeros asturianos a vender las esculturas para que adornen nuevamente la entrada al parque enciclopédico del Pasatiempo.

Según explica Julián Barrio en la misiva, el Arzobispado de Asturias no está dispuesto a negociar la venta porque entiende que los leones "forman parte del entorno natural" del santuario y porque, recalca, fueron "adquiridos en su momento, no donados".

La respuesta eclesiástica deja pocos visos de que los leones vuelvan a custodiar el parque enciclopédico, del que partieron en los años setenta tras ser vendidos por sus propietarios por medio millón de pesetas. La migración de félidos de mármol es una espinilla que Betanzos tiene clavada desde entonces. La nostalgia lleva a los betanceiros a inmortalizarse junto a las esculturas en sus excursiones a Covadonga y hace años los vecinos llegaron a recoger firmas para recuperar las esculturas. El Gobierno local anunció el pasado octubre su intención de negociar con el Arzobispado la compra, aunque sin ocultar en ningún momento sus dudas de que tal empresa pudiese llegar a buen puerto.

El afán de los betanceiros por recuperar las piezas es similar al de los asturianos por conservarlas. Bastó el anuncio de que Betanzos quería negociar su compra, para que los asturianos impulsasen una recogida de firmas en contra. Ya lo advirtió Manuel Moro, el hombre que se encargó de trasladar las piezas a Cangas de Onís allá por los setenta: "Los leones deben estar por toda la eternidad descansando en el Real Sitio".