El Concello de Betanzos presume con razón de poseer uno de los rincones más singulares de España, un parque enciclopédico ideado por dos hermanos indianos a principios del siglo XX que sorprende a los visitantes con sus relieves, esculturas, murales, grutas y estanques. Este jardín modernista en el que los García Naveira recrearon lo visto y soñado en sus viajes ocupó en sus buenos tiempos un lugar de honor en las guías europeas.

Llegó la Guerra Civil, el expolio, la destrucción de bienes, la reutilización de parte del recinto como campo de prisioneros y una larga agonía de la que se recuperó a duras penas tras una inversión millonaria de Xunta, Diputación y Concello en los noventa. El parque recuperó entonces parte de su pasado esplendor, aunque su extensión había quedado ya muy mermada y y buena parte de los conjuntos escultóricos habían caído en desgracia o emigrado a otros puntos de España.

La falta de mantenimiento propició un nuevo y lento declive visible en la suciedad que cubre hoy las esculturas, el óxido de pasarelas, las fuentes sin agua o los relieves deslucidos y rotos. El abandono no ha respetado ni siquiera el recuerdo de su creador, Juan Naveira, que se hizo inmortalizar a lomos de un dromedario y que hoy apenas es reconocible con los pies amputados y el rostro semioculto por una gruesa capa de mugre. El tiempo también se ha cebado con el colosal león que preside el recinto, mancillado con pintadas, y con las esculturas decapitadas y mancas que dan la bienvenida a un mirador construido en los noventa y que no llegó a utilizarse.

El derrumbe esta semana de parte del mural del estanque de la gruta ha disparado las alertas. El desprendimiento se produce meses después de que los vecinos emprendiesen una nueva campaña para "salvar El Pasatiempo" que ha recabado ya casi 5.500 firmas. Tras el desprendimiento, el Concello explicó que ha encargado ya una valoración técnica de las obras de reconstrucción del mural y que restablecerá los contactos con la Diputación para ejecutar la rehabilitación integral del parque enciclopédico, valorada en 1,3 millones, según el anteproyecto elaborado por historiadores y especialistas en bellas artes y paisajismo.

El Gobierno provincial, que hace ya un año que anunció su colaboración a través de un plan plurianual de ayudas, incidió ayer en lo mismo y, al igual que el Concello, reclamó la colaboración de la Xunta por el elevado coste de los trabajos. El BNG, que exigió sin éxito la inclusión de partidas en el presupuesto de 2016, anunció ayer que reclamará un pleno extraordinario para exigir que se destine a la recuperación del Pasatiempo las ayudas del Plan Único (729.976 euros) y los 543.000 euros del convenio para la senda de Os Caneiros.

El portavoz del grupo parlamentario de En Marea, Luís Villares, visitó ayer la zona acompañado por simpatizantes de Betanzos Novo y avanzó que reclamará en el Parlamento el compromiso de la Xunta para rescatar del olvido este singular bien patrimonial.

No es la primera vez que los políticos auguran una tercera vida al Pasatiempo. A lo largo de los últimos años, gobiernos de todos los colores han prometido una y otra vez la recuperación de este ecléctico parque, al que se le resiste su declaración de Bien de Interés Cultural y también los fondos que conviertan las palabras en hechos. El pleno ha aprobado innumerables mociones para urgir la declaración de BIC y la ejecución de obras para frenar el declive. Todas las iniciativas han caído en saco roto.

El tiempo dirá si el derrumbe de parte de un mural sirvió al menos para desbloquear el proyecto o si finalmente el rescate de un patrimonio del que presumen todos los partidos vuelve a ser la promesa estrella en sus programas electorales.