Marta, José y sus dos hijos todavía no han conseguido recobrar la normalidad en su piso de la calle Culleredo. A los daños provocados por las riada se sumaron una serie de problemas con la empresa contratada para ejecutar una reforma de la vivienda que decidieron acometer aprovechando que tenían que realizar numerosos arreglos. "Tuvimos problemas, se han retrasado muchísimo y todavía no hemos terminado de reformar el piso y ha pasado ya un año", lamenta José, que explica que tuvieron que vivir meses de alquiler.

Hace un año, el agua les despertó de madrugada. Poco pudieron hacer para salvar sus enseres y evitar que la humedad destrozase el parqué, muebles y varios electrodomésticos. Este matrimonio relata que el seguro se hizo cargo de los cuantiosos desperfectos y que decidieron aprovechar los arreglos para pedir un préstamo y pagar una reforma que se ha demorado mucho más de lo previsto. Tampoco han recibido ayudas. Se quedaron fuera del reparto "por unos euros", lamentan.