Pequeños vidrios de colores, cerámicas, trozos de platos, pequeñas piedrecillas redondeadas; así como conchas de mejillones, berberechos, almejas, ostras... Las 26 personas que realizaron el segundo obradoiro de empleo de la Finca Tenreiro de Nós hicieron un trabajo de gran esfuerzo y detalle para recuperar el espectacular estanque estilo Gaudí de esta propiedad, en su día de la familia Tenreiro y hoy ya municipal.

El taller de empleo en esta segunda fase ha hecho destellar el brillo y extravagancia que debió de tener en su día esta villa, con un estanque que se cruzaba en barca, jarrones gigantes con estatuas de las que salían chorros de agua, una rosaleda, un gran laberinto de mirtos, fuentes con peces, estanques en forma de estrella y un zigurat coronado por una escalera de caracol terminada en un mirador. Algunas de estas piezas se han logrado recuperar, como parte del estanque navegable y la casa principal con sus fuentes en forma de estrella. El zigurat, que quedó fuera de la finca, sobrevivió.

El Concello adquirió esta finca, una de las más singulares junto con el parque de O Pasatempo en Betanzos, para convertirla en parque público y ahora construye alrededor la parte de muro de piedra que le falta para protegerla y abrirla solo en un horario determinado.

Los trabajadores del taller de empleo se han centrado en esta segunda fase en recuperar el estanque y la antigua casa de los guardeses, totalmente ruinosa. Esta última es la que ha quedado más extraña, al estar recubierta de cemento en lugar de la piedra original. Pero el gran estanque, al que se bajaba por unas escaleras en un túnel, ya luce muchas de sus antiguas figuras de colores, a las que se han añadido otras que no figuraban en el diseño original como una mano, la bandera y el escudo de Oleiros.

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Finca Tenreiro: Así luce la 'joya' de Nós

Si se ha recuperado los triángulos de conchas con las iniciales V y E, Vicente y Esperanza Tenreiro Arias-Uría, hermanos y propietarios de esta finca que hoy tiene 142 años. No hubo descendientes y la fortuna que poseían fue para una fundación que según la hermana debía servir de "refugio a los niños menores de diez años y mayores de uno", una guardería. Hoy, a escasos metros, está el colegio de Infantil y Primaria que lleva el nombre de Juana de Vega.

Los trabajadores realizaron dibujos previos para después rellenar con las pequeñas piezas, como si fuesen antiguos mosaicos romanos, con piedrecillas y conchas. Un trabajo que pronto será visto por todos y que el Concello ha grabado en un vídeo.