- ¿Por qué desde el Concello realizan estas charlas?

-Se hacen todos los años. Son charlas informativas a los menores de edad para prevenir que caigan en temas de engancharse al juego, sobre todo ahora que hay muchas facilidades para engancharse al juego a través de móviles, tablets y ordenadores.

- ¿Han detectado algún aumento en casos de ludopatía en los últimos meses?

-Lo que pasa es que cada vez las posibilidades de acceder a apuestas son mayores. Ahora vemos que en los bares empiezan a aparecer máquinas de apuestas. Antes era la típica tragaperras y ahora son máquinas para cualquier apuesta a nivel mundial. Vemos que hay un repunte a nivel nacional. De lo que se trata es de formar a los chavales para que sepan lo qué hay.

- ¿Qué les explica en las charlas a los alumnos?

-Les contamos los tipos de peligros que se pueden encontrar. Hay webs atractivas en cuanto a diseño y a colores. Y luego en la televisión sale Neymar anunciando plataformas de póker o de lo otro. Se habla de los peligros que conlleva y se les dice que como menores de edad no pueden participar en ningún tipo de juego. Y que si ven algún tipo de actividad, persona o familiar que presente este tipo de dependencia a jugar de forma compulsiva que le digan que no puede ser así. Les ofrecemos los servicios municipales o de otras entidades que hay de lucha contra la ludopatía.

- ¿A dónde pueden acudir en el caso municipal?

-A nivel municipal pueden acceder a la Policía Local para denunciar cualquier tipo de práctica que sea ilegal o cualquier comportamiento que no les parezca normal. Después en Servicios Sociales se reorientaría hacia asociaciones más especializadas que ayudan a estas personas. De lo que se trata es de dar formación para prevenir para que no lleguen a acceder a ese tipo de plataformas. Entre los chavales ninguno nos ha comunicado que tenga problemas.

- ¿Qué cuentan en las charlas de drogas?

-Normalmente voy yo a dar una parte y suelo ir con alguien de alguna asociación. Alguien que está metido en ese mundo y que ha pasado por él. Que vean la cruda realidad de ese mundo y que no vean lo que dicen sus amigos de que es la bomba y de que no pasa nada. Que vean que sí pasa algo. Que esa persona ha arruinado su vida, la de su pareja y de la de su familia. Y que no tienen futuro laboral o que tienen alguna enfermedad que les impide llevar una vida con normalidad. Se trata de hacer ver el problema con toda su crudeza.

- ¿Han detectado algunos casos en los centros escolares?

-Hay algún caso puntual, sobre todo en los institutos de gente con la que estamos teniendo problemas por consumo de cannabis y de hachís. Ya encontramos algún otro caso más irregular, que ya empiezan a andar con cocaína. Tratamos de trabajar de forma muy estrecha con los colegios y a la mínima que detectan algún comportamiento extraño de los chavales nos lo trasladan y tratamos de solucionarlo.

- ¿Nota que hay un repunte en el consumo de drogas entre los estudiantes de los institutos?

-Es una cosa cíclica. Hay unos chavales que empiezan a tener problemas en el centro, normalmente acaban expulsados y al no estar en el colegio suelen meterse en problemas. Es cíclico. Son tres o cuatro que no son capaces de reorientar su vida. No hay repunte. Sí que observamos en los chavales lo típico: los que están fumando unos porros. Intentamos trabajar en el ámbito escolar y mostrar las consecuencias que tienen las drogas.

- ¿En las charlas de drogas suelen preguntar mucho?

-Las charlas de drogas son superinteractivas. Preguntan constantemente. Es una cosa que está en el candelero continuamente. Preguntan un montón. Cuando llega la persona esta y cuenta su experiencia se hace un silencio total. Solamente hay que ver las caras. No hay ninguna asignatura en el colegio a la que se le preste tanta atención que a este tipo de charlas de drogas. Es una experiencia muy buena.