Un pequeño monte situado entre Pastoriza y Suevos, en Arteixo, esconde un testimonio singular de la historia militar española del siglo XX. Se trata de la antigua batería de costa de Monticaño, que en la actualidad conserva un cañón Vicker montado, las piezas de otro y dos Flaks. Esta base nació en la década de 1920 como parte del plan ideado por el Gobierno para defender la costa entre Ferrol y Caión. En la actualidad este antiguo recinto militar se encuentra ubicado dentro de un parque público que el Concello de Arteixo habilitó después de lograr que el Ministerio de Defensa cediese en 1998 el uso del suelo.

La Dirección Xeral de Patrimonio Cultural ha calificado esta antigua base militar como "un testimonio singular de la historia militar española del siglo XX" que formó parte de "uno de los intentos más ambiciosos" del Gobierno de España de modernizar las defensas militares costeras del país, según publicó en 2016 en un informe sobre la zona. En Monticaño se instalaron dos cañones Vicker de 15,24 centímetros. Patrimonio destaca que esta era la artillería "más poderosa" del mundo en esa época. Esta artillería se instaló en el año 1930, según recoge el libro Los cañones de La Coruña.

El Gobierno ordenó tapar los cañones en 1985 y desmantelarlos en 1990, según indica el artículo el arqueólogo Pablo Schnell en un artículo publicado en la Revista Castillos de España. Cuando el Concello logró la cesión del parque Defensa donó un cañón Vicker y las piezas de otro, que todavía se conservan en Monticaño. Al lado también hay dos antiaéreos Flak, que Defensa retirará tras una petición del Concello debido a que se encuentran en mal estado.

La antigua base militar de Monticaño también conserva las cámaras subterráneas en las que había dos ascensores para cargar los proyectiles en los cañones y para subir otras cargas. Estas instalaciones están abiertas y abandonadas. En el lugar aún está intacto el búnker del telémetro para apuntar los cañones. La instalación está llena de pintadas y se encuentra deteriorada por el paso del tiempo. Otro de los vestigios que delata el pasado militar de Monticaño es la existencia de una galería de tiro que el Ejército y la Guardia Civil utilizan en la actualidad. Está en la entrada del parque.