Hola, me llamo Salem-Ux, pero puedes llamarme solo Salem. Soy el gato de una pobre familia de campesinos. Nuestra casa es una choza construida en medio de una pequeña aldea, donde los niños trabajan de sol a sol en el campo para llevar de comer a casa y las niñas salen al momento con las vacas hasta el crepúsculo. Mi dueña, Gabriela, no es como el resto de las niñas. Ella tiene grandes aspiraciones, quiere estudiar e irse al extranjero, ver mundo. Odia la monotonía de la aldea, su gente metomentodo y el olor proveniente de los cerdos, y no es ninguna pija como las que salen en la televisión. El día de su graduación en el instituto, cuando llegó a casa, hizo las maletas y dijo: "Me voy a la ciudad a estudiar medicina". Y así lo hizo, se matriculó en el mejor instituto médico de España y estuvo allí seis años. Durante ese tiempo yo la eché mucho de menos, no llamaba a casa ni venía a visitarnos. Me puse muy enfermo. Un día ella regresó a casa, con una expresión muy triste. No había conseguido terminar sus estudios, ya no soportaba la ciudad, soñaba con volver a la aldea. Aquí se convirtió en el médico local, matasanos como algunos la llaman, curando a la gente de la aldea de catarros y gripes llegadas de trabajar el campo en los duros días de invierno. Pero ese día nos despedimos para siempre...