Desde observar un paisaje con la perspectiva de un pájaro hasta conocer el estado de cultivo de una plantación o la situación hídrica de un suelo sin siquiera acercarse son ahora posibilidades más cercanas en Cambre. Una empresa afincada en Altamira, Star Drones, ofrece diversos servicios realizados con drones, aparatos que captan información desde el aire en función de los datos que se les requiera, explica el impulsor de la iniciativa, Eduardo Flores, uno de los participantes en el curso de piloto de drones que organizó el Ayuntamiento de Cambre.

Una conocida empresa de este ámbito en Oleiros es, asegura Flores, una de los pocos competidores que tiene en la provincia. En el tiempo que lleva con este proyecto, cerca de un año, este aparejador reconvertido ha trabajado para más de una quincena de casas rurales y ha elaborado un vídeo promocional para la Denominación de Origen Valdepeñas. Además, ha recibido solicitudes de trabajo diversas, entre ellas del Ayuntamiento de Cambre, que le planteó desde grabar alguna celebración hasta utilizar los drones para recabar información urbanística o retratar el castro. "El problema es que, hasta que salga la nueva normativa, no podemos trabajar en las zonas de afección de los aeropuertos ni en los núcleos urbanos, y también influyen factores como la protección de aves, así que por ahora no puedo realizar lo que me propone el Concello de Cambre", explica Flores y apunta que se prevé que la nueva normativa flexibilice la concesión de permisos para trabajar con drones y que entre en vigor a finales de este año.

El emprendedor, que pronto se unirá para formar una empresa -por ahora es autónomo- a un piloto de avión e ingeniero industrial que fue su profesor en el curso de Cambre, asegura que "el futuro" del sector, en cuanto la normativa lo permita, será la fotogrametría, que permite lograr datos topográficos y elaborar imágenes en 3D de terrenos, edificios o movimientos de tierras, y la termografía e inspecciones de infraestructuras. Estos dos ámbitos son, además, los que guardan una mayor vinculación con la formación de Flores como arquitecto técnico. "Antes de montar esto, estaba trabajando en la construcción de la torre más alta de México para BBVA. Mi mujer se quedó embarazada y me volví, así que tuve que reinventarme", explica. El curso de piloto de drones Cambre y un proyecto de coworking en el que participó en Ferrol le ayudaron a definir su renovación.