Los vecinos de Sada asisten con curiosidad desde hace unos días a un inusual movimiento en el hotel Sada Marina, cerrado desde hace casi un lustro y propiedad en la actualidad de Abanca. Las entradas y salidas de operarios del fallido cuatro estrellas han disparado las especulaciones en las redes sociales sobre su venta, aunque de momento no hay ningún acuerdo cerrado.

Según ha podido saber este diario, un empresario ha presentado una oferta para adquirir el edificio, que pretende reformar y destinar a usos hoteleros. Durante los últimos días, ha encargado trabajos de peritaje a varios empresas de la zona para analizar los posibles costes de la reforma.

Desde Abanca evitaron ayer confirmar la existencia de negociaciones. "No hay novedades ni se esperan a corto plazo", se limitaron a responder a consulta de este diario. El Concello de Sada también ha negado tener conocimiento de un acuerdo de venta y desde el Gobierno local evitaron especular sobre posibles negociaciones.

Desde que se hizo con el complejo en 2016, Abanca ha atendido a varias empresas que han mostrado su interés por hacerse con el edificio, aunque nunca transcendieron avances en las negociaciones. Para evitar incursiones, el banco tapió las entradas al edificio, que ha permanecido cerrado a cal y canto durante meses. El movimiento de los últimos días ha hecho aflorar la esperanza de los vecinos en una segunda vida para el cuatro estrellas. Su cierre, precedido de una larga agonía, fue un duro varapalo para un pueblo que hizo del hotel un emblema de su tirón turístico.