"Señora, se han colado en el pazo, ¡se han colado en el pazopazo!". El encargado de gestionar las visitas del pazo de Meirás daba la voz de alarma a las 11.00 horas. Enfilaba rumbo al jardín para mostrar el monumento a cuatro espontáneas visitantes cuando avistó a lo lejos a varias personas encaramadas a la balaustrada y a lo alto de una de las torres del Bien de Interés Culturaltorres , propiedad de la familia Franco.

Ante la atónita mirada del guía, los intrusos, todos ellos militantes del BNG, desplegaron una pancarta y comenzaron a corear consignas: O pazo é do pobo galego. Franquismo, nunca máis! Como un eco, los lemas resonaban extramuros, donde un grupo más numeroso de manifestantes ondeaba también banderas gallegas con la estrella roja y pancartas reivindicativas.

La Guardia Civil no tardó en hacer acto de presencia tras ser alertada, supuestamente, por los propietarios del pazo. Sin aspavientos y en tono conciliador, los agentes solicitaron a la veintena de intrusos que se identificasen y recorrieron el recinto para emitir el correspondiente atestado. Mientras, en el jardín y en lo alto de la torre , los manifestantes celebraban la "conquista simbólica" del pazo de Meirás. La toma duró alrededor de tres horas durante las que no se registró ni un solo altercado.

El asalto no requirió de excesiva logística. Bastó encaramarse a un pequeño muro. "Entramos por una zona totalmente accesible", se limitaban a decir los nacionalistas. Algunos achacaban a la soberbia de aquellos que se creen intocables esa sorprendente facilidad para colarse en la propiedad de los herederos del dictador.

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Militantes del BNG ocupan el pazo de Meirás en Sada

La toma simbólica del pazo de Meirás transcurrió en ambiente festivo. "Oye, que nos hemos encontrado aquí arriba con Pocholo y nos ha dicho: ¡Fiesta!", bromeaban los nacionalistas encaramados en una de las torres. Concejales como Rubén Cela o Silvia Seixas o dirigentes como Bieito Lobeira participaron en esta conquista reivindicativa de As Torres, mientras extramuros, dirigentes del Bloque como Luís Bará, Néstor Rego reclamaban también la devolución de un pazo que fue "expoliado" y la ilegalización de la Fundación Franco para evitar "que convierta el pazo en un parque temático de la dictadura".

Si algún miembro de la familia Franco permanecía en el interior del pazo, una posibilidad más que improbable, no hicieron acto de presencia. Solo el guía contratado por los herederos del dictador permanecía en la zona e intentaba aparentar normalidad. La Fundación Francisco Franco solo se manifestó ayer con un escueto tuit. Lo hizo en respuesta a uno de Galiza Nova para exigir la devolución del pazo: "Los separatistas no odian a Franco, odian a España", afirmó. Un día antes cargaba también contra Anova. "El único genocidio realizado en nuestra guerra fue el perpetrado por el Frente Popular sobre los católicos españoles", llega a sostener en su comunicado de respuesta este colectivo que gestiona las visitas a este Bien de Interés Cultural.