La Xunta desconoce el motivo que originó la muerte de unos 400 peces en el río Bolaños hace un año, cuando aparecieron numerosos ejemplares varados entre la desembocadura y el polígono de Sabón. Augas de Galicia ha cerrado la investigación debido a que "no se puede inferir la comisión de una infracción de vertidos imputable a una persona física o jurídica", según señala el expediente sancionador que inició tras recibir los avisos de lo ocurrido por parte del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) y de dos agentes medioambientales de la Xunta. Los análisis de las muestras de agua que se recogieron no revelaron el origen de la muerte masiva de los peces.

El informe que elaboró Augas de Galicia sobre lo ocurrido señala que la Guardia Civil, el Concello y los agentes medioambientales no detectaron la "presencia de ningún vertido" en el cauce fluvial. Una de las posibilidades que se barajó fue que el origen de la mortandad se debiese a un vertido de aguas fecales procedentes de la estación de bombeo de O Rañal, que no funcionó en la madrugada debido a un corte de electricidad que sufrió. Esta opción quedó descartada por parte de la Xunta. El informe que elaboró el Seprona indica que el bombeo vertió aguas residuales "entre las dos y las dos y cuarto de la madrugada del 25 de agosto" del año pasado. Esta versión la ratificaron los operarios municipales.

La alarma saltó el 25 de agosto del año pasado por la tarde, cuando varios peces empezaron a aparecer muertos en el tramo final del río Bolaños. Varios vecinos y los grupos municipales del PSOE y del BNG alertaron de lo sucedido. Los vigilantes ambientales del Ayuntamiento calcularon que murieron cerca de 400 ejemplares. También hubo varios cangrejos muertos en las orillas del río. Dos agentes medioambientales de la Xunta también acudieron al río Bolaños y retiraron 53 mújoles adultos, 129 alevines, 8 lubinas y un sargo común. El informe de Augas de Galicia señala que mientras los agentes procedían a la retirada de los ejemplares otros peces continuaban muriendo.

La teoría del Concello tampoco recibió el visto bueno de Augas de Galicia. El Gobierno local explicó hace un año que la causa de la muerte de los peces se debió a una sustancia química que provocó "una fuerte bajada" del oxígeno en el agua y los animales no pudieron sobrevivir. El Concello también destacó que se puso en contacto con la Asociación de Empresarios del Polígono de Sabón para comunicarle la existencia del vertido en el río Bolaños y para intentar localizar su procedencia. Este cauce fluvial pasa cerca de la zona escolar y de varias empresas del polígono.

Solo un mes después volvió a producirse otro vertido en Arteixo. Fue en el río Sisalde, donde aparecieron unas 70 truchas muertas. En este caso, Augas de Galicia concluyó que la captación de agua de Sisalde vertió aguas residuales y causó la muerte de los animales. Este organismo decidió imponer una multa de 1.500 euros al Concello de Arteixo, que es el responsable de esta instalación.

En agosto del año pasado también se produjo otro vertido en la presa de O Rexedoiro. El BNG alertó que se produjo a la altura del puente del embalse que tiene varios tubos. La formación difundió un vídeo en el que se ve el agua que salía de una tubería rota y bajaba hasta el embalse. Los nacionalistas alertaron de que el agua desprendía un fuerte olor.

El Ayuntamiento aseguró que se rompió un bombeo y que este suceso no tuvo relación con el vertido ocurrido en O Rañal. El Ayuntamiento explicó que tenía pendiente de ejecutar una obra para reparar este bombeo y otro que hay en el embalse.