A la obra de eliminación de cuatro tanques de combustible y saneamiento que están bajo el suelo que ocupaba la derribada gasolinera de Cepsa en el cruce de Santa Cruz, licitada el 17 de julio, solo se presentó una empresa, Arias Infraestructuras. El contrato se licitó por 104.983 euros sin IVA y Arias ofertó 85.315 euros, lo que supuso una rebaja del 18,73% respecto al presupuesto base, lo que según el pliego de cláusulas administrativas particulares supondría una baja temeraria.

Ante esta situación el órgano de contratación del Concello solicitó un informe técnico sobre si dicha oferta "anormalmente baja" estaba justificada. La empresa presentó nueva documentación sobre los precios ofertados, el volumen de obra y personal que tiene en los últimos tres años, datos sobre los costes laborales fijos y otros datos que los técnicos consideraron que "justifican de forma objetiva todos los puntos estipulados".

Ante el informe favorable de los técnicos la mesa de contratación ha considerado justificada la situación de baja temeraria de la oferta de Arias Infraestructuras, la admitió a la licitación y ahora ha acordado por unanimidad adjudicarle el contrato de eliminación de los tanques, requisito previo a la contratación de las obras para ejecutar en su lugar la tan reclamada glorieta.

La empresa Arias Hermanos es desde hace años una de las principales contratistas en el municipio de Oleiros. Fue la segunda a la que más obras se le otorgaron en 2015, por detrás de López Cao, y este año está logrando los contratos más jugosos. Recientemente logró la adjudicación del tanque de tormentas, también en Santa Cruz, una actuación que está en plena ejecución y que se licitó por 1,7 millones de euros. También logró la obra del sifón que recorrerá la avenida Ché Guevara hasta A Pasaxe, que se sacó a contratación por 3,2 millones y se adjudicó antes del verano.

La adjudicataria tiene un plazo de un mes para demoler el actual pavimento donde estaba la derribada gasolinera, desmantelar la red de aguas hidrocarburadas, desconectar las tuberías de suministro, hacer una excavación de dos metros de profundidad, abrir zanjas hasta que se llenen con el agua del nivel freático, aspirar y vaciar hasta sacar todos los restos de hidrocarburos y después excavar también las tierras afectadas por dichos hidrocarburos hasta una profundidad de 2,4 metros. La empresa después deberá retirar los tanques de combustible y los restos del suelo afectado, tomar muestras de dicho suelo y rellenar de nuevo el suelo excavado.

Todos estos trabajos deberán realizarse por operarios ataviados con trajes protectores que en ningún momento deberán tocar ningún material.

La empresa deberá comprobar en todo momento la atmósfera por si alcanzase valores superiores al 20% del límite inferior de explosividad.