Los viticultores de la Indicación Xeográfica Protexida (IXP) de Betanzos recibieron ayer dos buenas noticias en una sola mañana, después de una amarga cosecha, muy mermada por las heladas. La primera fue la donación de algo más de una tonelada de uva, prácticamente toda de la variedad de blanco lexítimo, que entregó generosamente el Centro de Formación e Experimentación Agroforestal de Guísamo, dependiente de la Xunta, a la Asociación de Adegueiros para ayudarles a paliar las pérdidas de este año.

"Nostros en el centro de formación tenemos plantada casi una hectárea y aún nos queda, después de ceder esta tonelada, para hacer nuestro trabajo de experimentación. Hacemos muchos tipos de elaboración y trabajamos con derivados, mistelas, vermús, espumosos... Aquí no nos afectaron las heladas, vimos que ellos habían tenido esas pérdidas y les ofrecimos parte de nuestra cosecha. Ahora ellos repartirán esta uva entre los asociados, en proporción a las péridas que han tenido", explicó Lois Arenas, director del centro de formación de Guísamo, una entidad reconocida por su extraordinario trabajo.

La segunda buena noticia la trajo la propia conselleira de Medio Rural que acudió al acto de entrega de esta tonelada de uva en Guísamo. Ánxeles Vázquez animó a los viticultores a que presentasen un proyecto de movilización de tierras, como el que se ha iniciado en Sober. Sería el primero en la provincia de A Coruña. El proyecto se iniciaría con la identificación de las tierras que tradicionalmente estuvieron plantadas de viñedos y que hoy están abandonadas, contactar con los propietarios y darles la opción de volver a trabajarlas o cederlas en alquiler a largo plazo, alrededor de 20 años, a los viticultores en activo para que incrementen la superficie de cultivo, algo que ya hace tiempo que necesitan.

"Sería ideal empezar en esta zona de Betanzos, que ya no partiría de cero, al tener ya una Indicación Xeográfica Protexida. Haced el planteamiento", animó la conselleira, ante la buena recepción de los profesionales.

"Sería algo muy positivo para nosotros y para otros que quieren empezar también en esto. Sobre todo si son cesiones a 20 o 25 años porque son tierras abandonadas que hay que limpiar, quitar tocones, plantar... Hasta tener producción pasan cinco años y si después el dueño ya te pide recuperarla, lo pierdes todo. Hace unos 150 años, en fotografías antiguas aéreas se ve que todo alrededor de Betanzos estaba lleno de viñedo. Había unas mil hectáreas, por lo que ahora si hay unas cien, podríamos intentar recuperar 900. Nosotros ya tenemos identificadas 300 ", explicó el presidente de la Asociación de Adegueiros Pablo Coroas.

Los viticultores de la IGP este año tuvieron pérdidas de entre un 25% y un 60% por las heladas (en un caso un productor perdió el 100%) sin contar un pequeño brote de botritis Es una zona complicada, susceptible por achaques meteorológicos y plagas, pero con mucha tradición e ilusión de los que siempre se han dedicado a esto.

La IGP de Betanzos ha iniciado un relanzamiento, ha empezado a conocerse, sobre todo desde que se recuperó la variedad autóctona del blanco legítimo y desde que este año fue alabada por el catador en España del famoso Robert Parker, que reconoció la calidad de varios caldos de la zona.