Son la esperanza de dos pueblos, Monfero e Irixoa, que han perdido más de un 20% de su población en quince años. Y han dado otro motivo para presumir a estos dos ayuntamientos, muy castigados por el éxodo rural de las últimas décadas. Los escolares del colegio Virxe da Cela recibieron ayer de manos del conselleiro de Educación y Cultura, Román Rodríguez, el primer Premio Proxecta 2017 a la innovación educativa.

El galardón se suma a la larga lista de reconocimientos que ha recibido este pequeño centro educativo, que se ha convertido en el auténtico revulsivo de Monfero e Irixoa. La directora del centro, Camino Pereiro, incidía ayer en la necesidad de ofrecer un proyecto educativo que contribuya a echar raíces, estrechar lazos entre la comunidad para frenar la despoblación y formar a jóvenes "críticos, activos y cooperativos" que valoren el patrimonio cultural y natural de su entorno y que, el día de mañana, utilicen sus conocimientos para revalorizar el campo.

Los escolares han superado la prueba con nota. Y han demostrado que el auténtico revulsivo del rural está en las aulas y desmontado el tópico de que solo los colegios urbanos garantizan una educación óptima en nuevas tecnologías. En los últimos años, han recibido premios por sus proyectos en programación y robótica; disponen de una televisión que ponen el foco en las carencias y necesidades de sus pueblos; hacen tutoriales en YouTube sobre reciclaje y han creado la asociación Sono rural para defender sus respectivas aldeas. Los escolares han puesto también en marcha varios proyectos solidarios y de dinamización como Monfero Solidario o A vaquiña polo que vale con los que esperan sentar las bases de un futuro sostenible de y han logrado poner a todos los políticos de acuerdo a iniciativas para exigir un precio justo por la leche y garantizar el bienestar de los mayores.