Una analítica ordenada por la Xunta en 2012 determinó que los terrenos donde se asentó la antigua fábrica de aceite Bunge en Culleredo, en el inicio de la ría de O Burgo, tenían contaminación por hidrocarburo "por encima de valores de referencia", aunque con riesgo "aceptable" para la salud humana. Para la salud vegetal sin embargo parece que son idóneos: está totalmente invadida por la cortaderia selloana, popularmente conocida como plumacho o cortaderia selloana plumachoplumero. Hay pocas parcelas en la comarca con tantos ejemplares juntos, ahora florecidos, y que ofrecen la impresión de ser un auténtico vivero de esta invasora casi imposible de erradicar.

Durante 42 años, hasta el 2010, esta parcela de unos 60.000 metros cuadrados estuvo ocupada por una industria aceitera, una de las más contaminantes de la ría. Se instaló en 1967 con el nombre de Kelsa (Koype y Elosúa), después se llamó Cereal Ibérica, luego Moyresa y finalmente Bunge Ibérica. Dedicada a la producción de harina, aceite crudo y aceite refinado procedente de las habas de soja, la explosión de uno de sus silos en 2009, mientras ya se negociaba un ERE de la plantilla, aceleró su cierre y derribo. La parcela de Bunge, curiosamente, carece de acceso desde Culleredo, y para acceder a ella hay que ir a Cambre. El plan general que redactaba el Concello cullerdense en 2013 planteaba un viaducto para comunicar esta zona desde la avenida de Almeiras.

Aquel plan urbano preveía usar parte del solar para levantar una estación intermodal para trenes y autobuses. El resto de la parcela contaría con un corredor fluvial al borde del río Mero y un parque. Otra zona sería para actividades comerciales. Hoy en el solar no hay más que un parque de plumachos.