El servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil ha denunciado a un vecino de Miño al que imputa un delito de maltrato animal. Una alerta ciudadana permitió a los agentes localizar a siete perros de caza que el investigado mantenía atados en una perrera ubicada en un monte de Doroña, en el municipio de Vilarmaior, "sin proporcionarles agua, alimentos y cuidados necesarios".

Todos los canes se encontraban en "pésimas condiciones higiénico-sanitarias" y tres de ellos presentaban una "delgadez extrema", según informó ayer la Guardia Civil. El Seprona ha remitido a los medios varias fotografías incluidas en el atestado que evidencian el estado de desnutrición en el que se hallaban los perros y la absoluta desatención.

El Seprona ha denunciado los hechos ante Fiscalía y la Consellería de Medio Ambiente. El denunciado se expone a cargos por maltrato animal y también a sanciones por incurrir en varias infracciones administrativas, según avanzaron ayer desde el instituto armado.

La Guardia Civil no pudo proceder a la liberación de los animales. Según informaron ayer los agentes, cuando regresaron a esta perrera improvisada habilitada en mitad del monte acompañados por un veterinario, los animales habían desaparecido. El dueño sostuvo que los había soltado para que diesen un paseo y que no habían vuelto.

Colectivos animalistas y protectoras alertaban ayer de la necesidad de mejorar los protocolos de actuación para evitar que los maltratadores dispongan de margen de maniobra que impida el rescate efectivo de los perros. Libera, que fue la asociación que asesoró al denunciante, y la protectora Apadán lamentaban ayer la frecuencia de los casos de malos tratos entre perros de caza, especialmente en pequeños concellos del rural, que no disponen de personal de lacería ni de unos servicios de medio ambiente que permitan detectar este tipo de situaciones.

La Guardia Civil ha denunciado también a un vecino de Culleredo por el estado de abandono en que mantenía a un perro en su finca.