Algunos vecinos de Santa Cruz han empezado a hacer planes de cómo y por dónde salir cuando empiecen las obras de construcción del sifón en Che Guevara, previstas para la semana que viene, y que obligarán a realizar muchos cortes de tráfico, desvíos y cambios de sentido. Casi todos temen que será "un follón". Mientras tanto, tienen una obra en pleno corazón de este núcleo residencial que también les ha supuesto molestias al restringir vías e incluso los jardines públicos: la construcción del tanque de tormentas.

Esta obra, para empezar, ya obligó a trasladar el parque infantil y los aparatos de gimnasia de mayores a la plaza interior detrás de la calle Enrique Líster. La parte alta del parque Luis Seoane donde se ubicaban es ahora un enorme agujero donde las obras avanzan lentamente para ejecutar un tanque de 1.100 metros cúbicos que ayudará a que no se produzcan vertidos de aguas residuales en verano y en momentos de fuertes lluvias. Llevará tres bombas de 37 kilovatios y dos de 160 kilovatios.

La ejecución de esta costosa obra que se licitó por 3,8 millones de euros ha obligado a trasladar varios árboles situados junto al río, en medio del parque, que ya fueron replantados un poco más cerca de la acera (son carballos), aunque por ahora, por seguridad, están s sujetos con correas y con el tronco vendada con tela.

En paralelo a este tramo del río es donde se ha cortado y vallado parte del parque público porque todo a lo largo irán, subterráneos, el colector de alivio del tanque, que viene desde el río situado junto a la pista deportiva al lado del centro de salud; junto con un nuevo colector. Su instalación ha obligado a abrir una profunda zanja todo en paralelo al río, atravesando el parque y reduciendo así esta zona verde, hasta la altura donde se ubica casi el paso de peatones de los patos.

La realización de esta infraestructura además ha supuesto el cierre al tráfico de la calle Santiago Álvarez y estos días, por la instalación del colector que atraviesa el parque Luis Seoane, también se restringe el tráfico en la calle Eduardo Blanco Amor, en el tramo inicial desde donde se cruza con la avenida Concepción Arenal. Aquí ahora hay un gran número de señales de tráfico de obra que advierten de que la velocidad máxima son 20 kilómetros y que la vía se estrecha porque en este tramo inicial hay un tramo de carril ocupado y hay un obrero que con una señal de mano alterna el paso en uno y en otro sentido.