Si se realizasen visitas escolares ayudaría a sensibilizar a la población en el respeto por la fauna salvaje, pero el Centro de Recuperación de Fauna Silvestre de Santa Cruz no es un centro de animales, sino un hospital donde los pacientes necesitan total tranquilidad y cero estrés para poder recuperarse. Por eso quizá pasa desapercibida la espectacular labor, de cuidado y paciencia, que realizan los trabajadores de este establecimiento, uno de los cuatro que tiene la Xunta, en cada provincia. Acaban de cumplirse quince años de la marea negra del Prestige y en este contexto ayer el delegado territorial de la Xunta Ovidio Rodeiro visitó el Centro de Fauna de Santa Cruz en Oleiros, que precisamente tuvo que ampliar sus instalaciones y construir unas dependencias específicas para acoger animales petroleados.

"El Prestige nos desbordó por completo. Pudimos ampliar espacio con casetas de obra pero las acometidas de agua y calefacción y piscinas no se pueden improvisar. Con esa idea de estar preparados para catástrofes se creó esta área específica para aves petroleadas con zona de estabilización, de lavado y secado. El Prestige nos marcó un poco el camino", explicó ayer al delegado territorial uno de los veterinarios del centro, Javier Balado, que explicó que para eliminar el alquitrán de las aves "lo que mejor desengrasa es el Fairy, incluso los americanos se negaron a usarlo porque allí se llama Down y fletaron un avión con él para aquí hasta que contactamos con Procter&Gamble para convencerles que era lo mismo".

Las instalaciones cuentan con una sala de exploración, donde entre otros estaba un jilguero decomisado por la policía en A Coruña al ser utilizado para atraer a otros; y un paíño que fue soltado ayer en los acantilados de Mera, ya recuperado, el momento más feliz del trabajo de estos profesionales, encantados desde que hace un mes llegase el aparato de rayos X para la sala de quirófano. Es la zona más delicada junto con la de hospitalización, donde ayer descansaban un cárabo herido en un ojo y una lechuza con un ala rota además de un ratonero. Una vez recuperados salen a las jaulas exteriores y de ahí a la libertad. El parque de vuelos, donde están en la última fase antes de soltarse, están estos días un buen número de ratoneros. Este espacio tiene una red gigantesca, que fue tejida de forma artesanal por rederos de Oleiros.

El centro de fauna de Santa Cruz atiende a una media de más de 1.100 animales cada año. Se creó en 1991 pero se amplió en 2008. "Mi visita es para dar visibilidad a la magnífica labor de estos profesionales, hay que felicitarles por este trabajo que a veces pasa desapercibido", destacó el delegado territorial, Ovidio Rodeiro. A la visita también acudieron los concejales de Oleiros María Xosé Varela y Rodrigo López Piquín.

El veterinario Javier Balado aprovechó para pedir "más jaulas" para atender momentos de alta ocupación: entre abril y septiembre llegan el 75% de las aves de todo el año, en un mes pueden entrar más de cien animales. En los dos últimos años el centro registró un gran aumento de ingresos, hasta los 1.121 animales. Las aves suponen el 91% de los ingresos. Un 25% de los animales tiene lesiones irreversibles y el 76% restante son hospitalizados. De éstos, el 65% logra recuperarse.