Sin micros, ni público, ni banda acompañante. El canto es protagonista este fin de semana en O Burgo, pero en una modalidad alejada de escenarios y con estrellas cubiertas de plumas. Cerca de doscientos ejemplares cantan en el centro de formación Pablo Picasso, en O Burgo, donde se celebra la segunda fase del XLII Concurso de la Sociedad Española de Canaricultura, la centrada en el canto.

Los pájaros llegan en cajas poco antes de su turno y se marchan en cuanto terminan. "Se intenta que no se escuchen unos a otros, sobre todo para que los buenos no escuchen a otros que cantan peor", explica el responsable de canto y miembro de la junta directiva de la Sociedad Coruñesa de Canaricultura, además de uno de los organizadores de la competición, Suso Seijas. De hecho, el ambiente es sigiloso en el interior del centro de formación para tratar de no alterar a los cantores y respetar tanto su canto como la labor del juez que los escucha, contaba Seijas en voz baja desde el interior del centro de formación.

Los participantes, al llegar, se introducen en una caseta en la que se encuentra el juez y se ubican en espacios independientes para evitar el contacto y la escucha de otros canarios. Cuando toca su turno, se ubican en un espacio iluminado, donde el experto que ejerce de juez los escucha y evalúa "qué notas dan", cuenta Seijas. El encargado de juzgar el canto de cada animal es el juez sevillano José María Blázquez.

Los pájaros participantes se dividen en tres tipos de canto a evaluar, explica el criador y miembro de la sociedad coruñesa. La mayor parte de los concursantes son gallegos, salvo alguno llegado desde Portugal, señala el organizador. Seijas acumula su propia experiencia como criador de canarios y especialista en canto junto al aprendizaje tomado de su padre, también criador, cuyo número mantiene él.

La segunda tanda del concurso, por las necesidades para desarrollar las pruebas sin afectar a los concursantes, resulta menos vistosa que la primera parte, que se celebró el mes pasado en el Jardín Botánico de O Burgo. Alrededor de mil canarios se reunieron en el espacio, donde se celebraba un concurso exposición que mostró cerca de un millar de ejemplares al público. La edición de 2012 fue la primera en que se celebró por separado el concurso de canto de la fase de exposición para evitar imitaciones e influencias.