El Gobierno local de Arteixo ha incluido una partida de 67.000 euros en el presupuesto de 2018 para soterrar la línea eléctrica que impide abrir la pasarela peatonal de O Seixedo, que está cerrada desde que se reubicó a la altura del área recreativa. El paso elevado lleva sin poder usarse desde septiembre de 2013, cuando la Xunta lo desmontó para ejecutar la reforma de la rotonda de Sabón. El Concello lo reinstaló a principios de 2016 tras varias semanas de obras. Desde entonces la mantiene cerrada. Y así seguirá por lo menos hasta que la línea eléctrica esté soterrada.

El Concello decidió mantener cerrada la pasarela debido a que hay una torreta de una línea eléctrica que está ubicada a muy poca distancia, lo que podría propiciar que alguna persona se subiese a la torre eléctrica. El Gobierno local dejó sin construir uno de los accesos a la pasarela para evitar que la gente la usase. Ahora el Ejecutivo municipal trabaja en la consecución de todos los permisos para poder realizar el soterramiento.

La pasarela antes estaba ubicada al lado de la rotonda de Sabón. Allí la instaló el Concello en el año 2007 para facilitar el paso de peatones entre la avenida Finisterre y O Seixedo. En esta ubicación solo duró seis años. La Xunta la desmontó en el mes de septiembre de 2013 debido a que la pasarela era incompatible con la reforma de la rotonda de Sabón, que pasó a tener dos niveles de altura.

Los restos de la estructura permanecieron en una parcela cercana al restaurante Casa Mela durante varios meses hasta que el Concello inició los trabajos para reinstalarla a la altura del área recreativa de O Seixedo. Las obras acabaron a principios de 2016, pero los vecinos siguieron sin poder utilizarla porque el Ayuntamiento decidió que el paso elevado continuase cerrado mientras no se trasladaba la torreta de electricidad. Desde entonces el Concello y Gas Natural Fenosa han abordado los trámites administrativos, que todavía siguen sin completarse, según aseguró el Gobierno municipal.

La pasarela lleva cerrada desde principios de 2016. El tiempo que la pasarela lleva inutilizada es todavía mayor si se toma como referencia la fecha en la que se desmontó: septiembre de 2013, que fue la última vez que estuvo abierta a los viandantes. Desde entonces suma 50 meses sin que los vecinos la puedan usar.

Algunos usuarios del área recreativa se cansaron de esperar a que el Ayuntamiento abriese la pasarela peatonal, que carece del acceso en el lado del parque, y llegaron a idear una solución improvisada: colocaron un trozo de hormigón y un contenedor para poder cruzar de un lado a otro por el paso elevado.