La Real Sociedad Deportiva Hípica de La Coruña, que desde 1957 ocupa terrenos cercanos al Rectorado de la Maestranza, tiene en proyecto abrir otro club hípico en el municipio de Abegondo, en unos terrenos que lindan con el pazo de Figueroa del siglo XII y que está declarado Bien de Interés Cultural (BIC).

La finalidad es tener unas cuadras para alojar hasta 48 caballos, además de contar con una zona deportiva de entrenamiento y realización de competiciones deportivas federadas. Los trabajos de movimientos de tierra, rehabilitaciones de la casa y las naves y construcción de los picaderos, además de la restauración del hórreo, alpendre y piscina existentes, tendrán un coste de 1,1 millones de euros (presupuesto total de contrata).

Se trata de nueve hectáreas de terreno donde existía una granja por lo que se aprovecharán varias de las construcciones existentes, rehabilitándolas, pero además se construirán dos picaderos, uno cubierto de 2.025 metros cuadrados; y otro descubierto de 4.080 metros cuadrados. Un edificio existente se rehabilitará como local social en la planta sótano y baja mientras que en la primera estarán tres dormitorios para los empleados.

Dos naves de uso agropecuario existentes servirán, tras su adecuación, para cuadras, boxes y almacenes. Excepto las edificaciones existentes y la construcción de los dos picaderos, todo el resto de la enorme parcela se mantendrá como terreno natural para zonas verdes y pasto. En el entorno más cercano ya no se podría actuar porque queda dentro de la zona de cautela del área de protección de la Torre del pazo de Figueroa, y al otro lado también hay que respetar el cauce de un regato que es afluente del río Barcés (en esta área el planeamiento urbanístico anulado ya proponía una calificación de protección de aguas).

En el proyecto se considera el suelo como rústico de especial protección, al no haber un plan general urbano vigente (se anuló este año) ni normas anteriores.

Esta propiedad en la parroquia de Figueroa cuenta con suministro de agua de la red municipal pero además posee un pozo y también un aljibe enterrado para el riego de las pitas que se podría usar en caso de cortes de suministro o sequía.

En la finca se construirán dos fosas sépticas (una para los purines de los animales). Habrá también un lazareto, donde aislar y observar a los animales por si hubiese sospechas de estar infectados por enfermedades infecciones.