"Al principio íbamos nosotros por los colegios para informar y presentar el proyecto. Ahora ya empiezan a llamar de los centros", cuenta el productor Eloy Galán, uno de los miembros de la Asociación de Labregos Ecolóxicos de Galicia, que abastece a los comedores de trece centros educativos de la comarca y de A Coruña. El Vicente Otero Valcárcel de Carral y el colegio Andaina de Culleredo han sido las incorporaciones más recientes a un proyecto que, apoyado por la reserva de la biosfera y el Grupo de Desenvolvemento Rural (GDR), se consolida, se organiza y confía en crecer con la inclusión de nuevos miembros a la avanzadilla, que ayer se dio cita en Abegondo, junto a dirigentes del GDR y la reserva y a los jefes territoriales de Educación y Política Territorial, Indalecio Prieto y Francisca Gómez, respectivamente.

En estrecha colaboración, ocho productores y responsables de trece centros educativos de la comarca y A Coruña han logrado, por un lado, reorganizar el funcionamiento de los comedores para funcionar con productos frescos y de proximidad, y por otro, garantizar el abastecimiento. "Al principio estábamos muy solos. Falta formación de profesorado y de las familias, y no es un tema de dinero", asegura la directora de la escuela infantil coruñesa A Caracola, Beatriz Ferreira, una de las primeras y más firmes defensoras de apostar por la alimentación como pilar en los centros. "Puede costar unos 50 céntimos más cada plato, no encarece mucho el coste si se compensan las compras y se trabaja también la proteína vegetal, como garbanzos o legumbres, y no solo la animal", señala la responsable de A Caracola, que insta a concienciarse sobre la importancia de la buena alimentación. "Hay que aprovechar los colegios que tienen cocina. En A Coruña todos los demás centros tienen catering. Los niños comen platos cocinados hace dos meses no sé dónde que vienen fríos en un plástico", apunta. Por ahora, centros de A Coruña, Oleiros, Culleredo, Curtis, Cesuras, Abegondo o Carral se han sumado al proyecto.

Los productores asociados se organizan para garantizar a los colegios ocho tipos de verduras y los mismos precios durante todo el curso. "Si por la helada, por ejemplo, es estropea el brécol, pues no hay brécol y ya está. No vamos a vender más caro el poco que haya", explica Eloy Galán, que desde el pasado verano trabaja una explotación agraria en Abegondo. Preguntado por si considera el cultivo ecológico como una opción de futuro, asevera que sí, que es viable.

La agricultura ecológica como vía para dinamizar el rural fue una de las apuestas planteadas por la reserva de la biosfera. "De un área de población de 500.000 habitantes, hay solo veinte productores ecológicos. Hay una clara deficiencia y hay demanda", sostuvo el gerente de la reserva, Jorge Blanco. El presidente de la reserva y el GDR, José Antonio Santiso, defendió su apuesta por este sector productivo para "dar un cambio radical al abandono del campo gallego y que se pueda colaborar entre sectores económicos". Blanco abogó por "conseguir aumentar el número de comedores y de productores implicados, introducir nuevos productos, poner en marcha actividades de formación y realizar actuaciones complementarias como visitas o charlas". "Tenemos que conocer a las empresas y coordinar compras", señaló el ingeniero agrónomo de la reserva Miguel Fernández.