"La más joven tiene veinticuatro o veinticinco años y la mayor, setenta y cinco o ochenta, y es una maravilla de mujer. Tiene mucha fuerza de trabajo y nos ha dado una gran sorpresa a todos. En el último montaje hizo un papel muy complicado, estoy orgulloso", cuenta el director y profesor de la Escuela Municipal de Teatro de Abegondo, Emilio Barreiros, de su alumna de más edad, aunque una de las menos veteranas sobre las tablas. Ocho integrantes, todas mujeres, algunas con experiencia en la interpretación y otras no, acuden en la actualidad a las clases de teatro y forman parte del grupo que monta obras para su representación, que este año salió por primera vez fuera de territorio abegondés.

Betanzos, Cambre y Carral fueron los tres escenarios donde el grupo de teatro interpretó fuera de casa A Costureira das Ánimas, una adaptación de una novela de Ana Prado. "La alumna mayor nunca había hecho teatro, vino a la actividad para probar y poco a poco fuimos practicando y ahora ella misma se sorprende porque creía que nunca podría llegar a hacer algo así", cuenta Barreiros. La superación y la diversión constituyen, para el profesor, los objetivos fundamentales de las sesiones. "Lo importante es pasárselo bien. Venimos a divertirnos y reírnos. Y si aprendemos algo y hacemos un montaje bonito y que la gente que nos vea se lleve un buen recuerdo de nosotros, mejor. Pero lo primero es divertirse", señala el director. Y añade otro beneficio a las clases: sirven como "terapia". Desde "lo primero" que se enseña, "vaciarse para ser un contenedor y luego darle el contenido con el personaje", hasta los ejercicios para desinhibirse o los de vocalización y expresión corporal, todo ayuda a olvidar por un rato todo lo demás. "Al pasar la puerta tenemos que olvidarnos de la vida de fuera", apunta Barreiros.

La meta que se fija el director es, primero, "poder seguir haciendo esto y de manera cómoda" y, con más tiempo, intentar profesionalizar un poco el grupo y ampliar el radio de las giras a toda Galicia. Para ello, algunas integrantes junto con colaboradores han creado la Asociación Barballocas.

El director anima a los vecinos a apuntarse. "Cuantos más mejor", asegura, y afirma que pueden comenzar en cualquier momento. Las clases son los miércoles por la tarde y los sábados por la mañana.