Con traje, mascarilla y guantes cerrados con cinta aislante en las muñecas, Antonio José Mosquera retiró los tres nidos de procesionaria que se habían instalado en el pino propiedad del Ayuntamiento de Oleiros en Perillo, una operación necesaria para proteger este impresionante ejemplar de esta plaga.

"Primero embolsamos el nido, cerramos bien y después cortamos la rama, que se destruye, hay que evitar que se caiga o que vuele... es muy urticante y además si te toca necrosa", explicó ayer Antonio José, uno de los trabajadores de Jardincelas que participó en la operación de retirada de los tres focos localizados con las larvas de esta oruga. Uno de ellos ya tenía alrededor muchas ramas con las acículas (las agujas) devoradas por estos animales.

Con ayuda de una grúa que izó al trabajador hasta lo alto de la copa y bajo supervisión municipal, se retiraron ayer al mediodía estos nidos en un árbol que por lo demás está "muy sano".