Comenzó su intervención con un llamamiento a la unión de los partidos que contrastaba con la uniformidad del público y de sus compañeros de mesa, todos cargos del PP. El especialista en economía financiera y contabilidad Pablo Abeal detalló ayer las principales conclusiones de un informe encargado por la Consellería de Presidencia para uso de la Xunta y del Concello de Oza-Cesuras en el que, recalca, ha tenido "absoluta libertad" para analizar el proceso de fusión. Este profesor de la Universidad de A Coruña atribuye el éxito de esta alianza al alcalde, Pablo González: "Si cuajó fue por su trabajo, tenía una idea, tiró para adelante y se lo echó a la espalda", sostiene. No duda en calificar de "heroica" la labor del regidor, pero cuestiona el proceso: "Él tiene las espaldas anchas y ha aguantado cosas que otros no habrían podido, pero no me parece razonable replicar el tema de Oza y Cesuras en otros ayuntamientos".

Este profesor universitario considera que "no se pueden crear municipios sólidos desde la arbitrariedad, desde afinidades políticas o personales", sino que "tiene que haber voluntad política a todos los niveles": "Si no se elaboramos una ley que marque los criterios es complicado, pero hay muchos intereses contrapuestos. Nadie quiere tocar la ley electoral, pero hay que hacerlo. Y habría que hacer sacrificios, habría que hacerse el harakiri desde el punto de vista de los cargos políticos y de las relaciones, y nadie quiere renunciar al poder".

Este profesor cree que la fusión de Oza y Cesuras constata que la vía de reforzar las diputaciones o el asociacionismo no son las adecuadas y que hay que aplicar la vía coercitiva. "La asociación entre municipios está bien como paso previo a futuras fusiones coercitivas", recalca este economista, que cree que "las fusiones se hacen a la fuerza o no van", y lamenta la "falta voluntad política". Para Pablo Abeal el punto más positivo de la fusión es que "ha demostrado que no es ningún trauma para la población, que no hay ningún demonio de la pérdida de identidad": "No quedaron aturdidos como en una especie de hecatombe zombie", bromea.

Como reverso negativo apunta al hecho de "que no deben verse las fusiones como dos alcaldes que se reúnen y deciden fusionarse". "Con la fusión de Oza y Cesuras faltó un criterio y quedó como una isla. El problema es que no se ha puesto el tablero de ajedrez y solo se han manejado tópicos", lamenta. "La fusión ha dejado al descubierto muchos problemas. Oza-Cesuras ha adquirido un mayor tamaño, lo que le da más posibilidades, pero tal y como se ha hecho no es la solución para el conjunto, aunque ha sido un cambio de actitud importante". Abeal apuesta por crear "municipios sólidos que sirvan al principio de autonomía local y suficiencia de medios y no a una barrera mínima de habitantes" y urge a "seguir el ejemplo del resto de Europa".