La Dirección General de Sostenibilidad y Mar ha paralizado la contratación de las obras de regeneración de la playa de Sada para revisar su impacto. Como ya informó este diario, el organismo dependiente del Ministerio de Medio Ambiente ha tomado la decisión tras recibir una alegación de la Sociedade Galega de Historia Natural que advierte de la afección del relleno a una pradera marina, un zosteral que por ley debe ser objeto de especial protección.

La existencia de este elemento natural no aparecía recogida en la declaración de impacto ambiental aprobada en 2010, que sí documentaba en cambio un zosteral en Gandarío y establecía una serie de medidas para garantizar su protección, como delimitar una franja de protección de 25 metros de los límites de la pradera.

La omisión del zosteral de Sada ha despertado las suspicacias de los ecologistas, que destacan que la pradera marina sadense tiene una extensión muy superior a la de Gandarío y que "es visible a simple vista con marea baja". El hecho de que los organismos dependientes del Ministerio de Medio Ambiente no hubiesen advertido hasta ahora su presencia contrasta además con el hecho de esté documentada en el Atlas de las Praderas Marinas de España,Atlas de las Praderas Marinas de España un proyecto elaborado en 2015 que fue financiado por la Fundación Biodiversidad, la Fundación MAVA y el Instituto Español de Oceanografía con el apoyado del Ministerio de Medio Ambiente.

El Instituto Español de Oceanografía, organismo público dependiente del Ministerio de Economía, fue el encargado de coordinar la elaboración de estos mapas con el objetivo de "definir políticas y acciones específicas para la gestión y conservación de las praderas marinas". El organismo destaca que se trata de hábitats "imprescindibles" que "proveen de múltiples funciones y servicios relevantes al ecosistema marino".

No es la primera vez que los ecologistas advierten de la existencia de este zosteral. La Sociedade Galega de Historia Natural, Adega, Grupo naturalista Hábitat, Plataforma na Defensa da Ría de Sada e Betanzos, Arco Iris, Asociación Cultural O Rabo do Galo y la Sociedade Galega de Ornitoloxía, presentaron un escrito en agosto de 2015 ante la Demarcación de Costas de Galicia para exigir la "suspensión total" de la obra. Los colectivos calificaban de "muy grave" que el proyecto obviase "el gran zosteral existente", formado por zostera noltii y zostera marina.

Costas no se pronunció entonces sobre esta alegación, aunque el proceso de contratación fue finalmente anulado por "una infracción no subsanable de las normas reguladoras del procedimiento" tras permanecer paralizado durante casi año y medio.

La Dirección General de Sostenibilidad y Mar sacó de nuevo a concurso las obras en agosto de 2017 sin modificar el proyecto. La reanudación del proceso llevó a la Sociedade Galega de Historia Natural ha presentar una nueva alegación, en esta ocasión directamente ante el Ministerio de Medio Ambiente. En su escrito, el colectivo alertaba del "grave error" que presentaba el proyecto, que omitía la existencia de esta pradera de zostera, que "quedaría sepultada por el aporte de arena". Los ecologistas advertían de que la existencia de este zosteral "estaba ampliamente acreditada en el Atlas de las Praderas Marinas y recordaban que se trata de una especie catalogada en régimen de protección especial.

Su alegación ha llevado ahora a la Dirección General de Sostenibilidad y Mar a revisar los "efectos ambientales de la actuación". El organismo se aferra ahora al hecho de que la presencia de esta zostera no fue advertida durante el trámite de la declaración ambiental en 2009. Los colectivos ecologistas explican que si no presentaron entonces alegaciones fue porque no figuraban entre los colectivos notificados por el Estado y no tuvieron conocimiento a tiempo del proyecto.