Los municipios de Arteixo y Cambre son los únicos del área metropolitana de A Coruña que pueden presumir de que nunca han tenido un signo negativo en su saldo vegetativo, encadenan más de cuarenta años registrando más nacimientos que muertes, lo que indica el dinamismo demográfico de estos territorios. Los dos tienen un saldo positivo desde el inicio de la democracia, en 1975, hasta 2016, año de la última estadística publicada por el Instituto Galego de Estatística (IGE).

El saldo vegetativo de Arteixo no tiene parangón en la comarca: 97 nacimientos más que muertes en el año 2016, muy por delante de Cambre con 32, Culleredo con 19 y Carral con 1. El resto de municipios tuvo más fallecidos que nacidos, destacando de forma alarmante A Coruña con un balance negativo: -721. Los datos indican la juventud de la población, el mayor número de nacimientos y el menor nivel de envejecimiento en Arteixo y Cambre, y no como tendencia de ahora, sino que han mostrado esta dinámica en las últimas cuatro décadas.

En Arteixo nacieron en 2016 un total de 296 niños, convirtiéndose en líder del área metropolitana, tras la gran urbe de A Coruña con 1.811 (en esta ciudad nacían unos 4.000 niños en la década de los setenta). Por detrás del concello arteixán se situó Culleredo con 278 niños, Oleiros con 264 nacimientos y Cambre con 189 nuevos niños. En Arteixo se llegó en 2010 al récord de 390 nacimientos.

A Coruña arrastra un saldo vegetativo negativo desde hace casi treinta años, concretamente desde 1991 (ya en 1990 el saldo fue cero, mismas muertes que nacimientos), y en 2016 batió el récord en cuanto a cifra negativa: 721 fallecimientos más que nacimientos. Esta tendencia negativa contrasta con las optimistas previsiones del Plan Xeral de Ordenación Municipal de A Coruña de 2013, documento en el que se calculaba que la ciudad tendría 64.070 habitantes más en doce años, hasta los 310.126, cuando la tendencia indica que no deja de descender su población desde hace muchos años y la proyección para 2031 es igualmente negativa.

Culleredo también presenta un buen comportamiento demográfico: desde 1975 solo tuvo cifras negativas en 1986 y 1990 y en 2016 fue positivo en 19 personas. Bergondo tiene un saldo vegetativo negativo desde 1980 al igual que Betanzos y Sada presenta un comportamiento muy irregular, con subidas y bajadas de un año para otro en las últimas décadas. En 2016 el balance fue negativo en 58 personas.

Un caso llamativo es el de Oleiros, que también combina períodos con saldo negativo y otros positivo. Desde el inicio de la crisis económica en 2008 es negativo, y en 2016 la cifra fue de -43. Aunque parece un concello joven y dinámico, los datos muestran que cuenta con mucha población mayor (el alcalde anunció hace poco que cuenta con veinte centenarios y otros siete a punto de serlo, el índice más elevado de la comarca) y el número de nacimientos también se ha ido reduciendo. Entre 2010 y 2012 hubo un boom, con una media de trescientos nacimientos anuales, pero ahora no llega a esa cifra: en 2016 fueron 264 nacidos.