El humedal de As Brañas no se salvó de la política del ladrillazo que marcó el crecimiento de Sada en las últimas décadas. Este singular enclave sufrió una importante presión urbanística y fue víctima durante años de agresiones y vertidos incontrolados. Muchas de las parcelas que antiguamente conformaban el humedal están hoy ocupadas por edificios, calles, carreteras y campos de fútbol.

Su degradación ha supuesto un importante riesgo para las especies vulnerables que habían hecho de este humedal su refugio. El plan para su declaración como ENIL detalla los ejemplares de flora y fauna catalogados y protegidos, desde macroinvertebrados como libélulas, mantis religiosa o vanesa atalanta; a mamíferos como la nutria y un numeroso de aves, desde el martín pescador, ánade real, halcón pequeño, garzas o azores. As Brañas acoge también especies protegidas de reptiles y anfibios.