El Sada Marina absorberá la mayor inversión realizada hasta la fecha por la cadena Alda Hotels. Se convertirá en su establecimiento de mayor tamaño, además de uno de los pocos comprados y no alquilados, aseguraron ayer cuatro de sus directivos tras firmar ante notario la compra del cuatro estrellas a Abanca. El precio de la adquisición "no es público" y los responsables desconocen todavía cuánto costará poner el hotel a punto, a falta de revisar en detalle todas las instalaciones del inmueble, vacío desde 2013 y con los sótanos inundados.

El hotel se acondicionará por fases: el próximo junio abrirán unas "20 o 30 habitaciones" y "unos tres apartamentos" y prevén la apertura completa para la Semana Santa de 2019. Para rentabilizar la inversión, habrá que "generar una demanda que ahora mismo no existe", en parte por la falta de oferta, señalaron. Sostienen que la reapertura del Sada Marina "será buena para todos" y dinamizará el comercio local, ya que en hotel puede albergar a hasta "casi 300 personas". Aseguran no apostar todas sus cartas a la proximidad de la playa, pendiente de regenerar. "Si dependiéramos de la clientela que viniera a la playa, mala inversión estaríamos haciendo", aseguró el managing director, Alberto Rodríguez, quien admitió que "está claro que una playa en mejores condiciones mejoraría el posicionamiento del hotel".

Los responsables aprovecharán el gran tamaño del inmueble y la existencia de 20 apartamentos -además de las 74 habitaciones- para orientarlo a "familias con hijos", un público con "necesidades específicas" que establecimientos más pequeños no cubren. La tercera edad que busca lugares tranquilos o las excursiones de grupos podrían funcionar en temporada baja.

La cadena, que cederá a empresas externas la gestión de servicios como restaurante, spa o gimnasio, calcula que la puesta en marcha del hotel creará "entre 30 y 50 puestos de trabajo" en total.

El Gobierno local celebra la venta del hotel. Confía en que generará empleo en Sada y promete que facilitará su puesta en marcha.