Los propietarios de la vivienda comunitaria de ancianos Valle de Rumbo, en el ayuntamiento de Culleredo, tramitan un plan especial que permita la creación de una residencia de ancianos, de mayor capacidad que el negocio actual, en los terrenos anexos. La familia propietaria de los terrenos ha intentado sin éxito en varias ocasiones desde mediados de los años 90 conseguir la autorización para usos dotacionales privados y turísticos en los suelos.

En la actualidad, además de la vivienda, en el bajo de uno de los inmuebles situados en estos terrenos se encuentra una clínica de fisioterapia. La documentación asegura que "desde siempre existió" un uso sanitario de ese bajo y que lo "ejercía el padre del promotor". El ámbito para el que se solicitan los usos dotacionales o turísticos ocupa una superficie de 52.089 metros cuadrados y está integrado por 21 parcelas catastrales y parte de otra, detalla la documentación.

El dueño, Manuel Naya, explica que si se autorizan los usos que solicitan, podrán construir una residencia de mayor tamaño, ya que con la calificación actual sus terrenos, lo más que pueden hacer es la vivienda comunitaria con hasta 12 plazas que gestionan en la actualidad. Aspiran a construir una "residencia, de hasta 59 plazas, o una gran residencia, de más capacidad", apunta el propietario, quien asegura que la vivienda comunitaria tiene "todos los permisos de la Xunta y el Ayuntamiento". Afirma que se puso en marcha el día 8 de enero de este año.

El plan especial prevé ubicar los espacios necesarios para infraestructuras y dotaciones urbanísticas en el frente del ámbito que linda con la CP-3102, la carretera de Ledoño a Vinseira Pequena. Proyecta también crear un aparcamiento exterior y otro dentro de la línea de cierre, éste con 16 plazas, dos de ellas para personas con discapacidad. De este aparcamiento partirán los caminos o senderos arbolados que conectarán con la vivienda comunitaria, bajo los cuales discurrirán subterráneamente distintas redes de servicios.

El padre del promotor intentó suscribir convenios urbanísticos que permitiesen "el desarrollo de la propiedad" desde mediados de los 90, en diferentes momentos en que se tramitaba la revisión del planeamiento municipal. Llegó a tramitar un anteproyecto de un geriátrico ante la Comisión Provincial de Urbanismo, que no dio autorización. Fallecido el padre del promotor, se presentaron alegaciones al Plan Xeral de Ordenación Municipal, en tramitación, que siguen sin ser contestadas, por lo que los dueños decidieron impulsar el plan especial.