"Tengo una silla de ruedas, no una moto de motocross". Moncho tira de ironía a la hora de expresar su malestar por el "campo de obstáculos" en que las obras han convertido la calle Posse. Este vecino con movilidad reducida y su familia exigen al Concello que instale "de inmediato" un acceso "en condiciones". "Mi padre lleva toda la semana en casa porque han roto toda la acera y el único acceso para una silla eléctrica son cuatro tablas mal puestas", critica su hija.

Asegura que ella es incapaz de levantar a su padre en la silla y que él tampoco puede hacer ese camino con las muletas porque es muy estrecho y está salpicado de salientes y socavones en los que puede tropezar. Tampoco pueden utilizar el acceso al garaje por el ascensor de este bloque de viviendas sociales está inoperativo.

El Concello asegura que hace lo posible para minimizar al máximo las molestias durante las obras.