A las diez de la mañana de ayer ya estaban en casa después de pasar toda la noche en observación en el hospital, aún con las pulseras de identificación del Sergas en su muñeca. Pero el penetrante olor a hidrocarburo que obligó a esta familia de cinco miembros, entre ellos tres niños de 13, 12 y 4 años, a avisar a Emergencias a las dos de la madrugada del día anterior por mareos y picor de ojos, aún era agobiante a las dos de la tarde del día siguiente.

La madre de los niños, Yeirinet Batista, que reside en el número 350 de la Avenida das Mariñas, encima de un garaje de coches, señaló que también en Semana Santa hubo un escape de gas en el edificio. Desde el garaje uno de sus responsables señaló ayer que habían estado limpiando "un embrague" el día anterior. La policía investiga los hechos.