A finales de 2015, un grupo de jóvenes productores de la comarca que participaron en un plan piloto del GDR As Mariñas-Betanzos de menú escolar decidió aliarse para suministrar alimentos a las escuelas de A Coruña y su área metropolitana. Dos años después, cinco de sus integrantes fundaron Alega, una asociación que suministra ya a trece centros educativos y que acaba de sellar un nuevo contrato.

La primera escuela en apostar por abastecer sus despensas con producción ecológica y de proximidad fue A Caracola, de Novo Mesoiro. Su directora, Beatriz Ferreira, se mostró desde el primer minuto entusiasmada con una iniciativa que pretendía promover el producto local y ecológico. Tres años después del plan piloto, 2.300 escolares degustan productos certificados de la Reserva de Biosfera en un total de 14 centros escolares de A Coruña, Culleredo, Curtis, Carral o Abegondo y Oza-Cesuras (este último a través de dos productores que no forman parte de Alega).

El GDR fue el principal impulsor de una iniciativa incluida como prioritaria en el plan alimentario de la Reserva de Biosfera y que dispone del apoyo de la Fundación Biodiversidad del Ministerio de Agricultura y Medio AmbienteReserva de Biosfera Fundación Biodiversidad del Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente, explicaba ayer el técnico Miguel Fernández. El objetivo a largo plazo es disponer de una producción suficiente para suministrar el menú completo y extender este modelo al conjunto de la comarca, pero es un largo camino, admite.

Los comienzos no fueron fáciles. Una de las precursoras, Belén Rodríguez, madre de dos de los produtores de Alega, admite que fue un camino difícil con algún que otro sinsabor. Ella apela a la necesidad de enfocar el proyecto con una vena "altruista" y sin buscar rentabilidad a corto plazo, con la vista puesta en asentar población en el rural y reflotar el sector primario.

Hace falta ampliar la producción, mejorar la coordinación con los centros educativos, concienciar en la necesidad de consumir producto de temporada e involucrar a todas las partes, pero Belén Rodríguez confía en que el modelo de menú ecológico eche raíces. "Está creciendo a una velocidad de vértigo", celebra. Esta vecina de Oza-Cesuras destaca que el principal incremento de los encargos se produjo en el último año, a raíz de la fundación de Alega (Asociación de Labregos Ecolóxicos de Galicia). Este colectivo abastece ya a 13 centros educativos y acaba de llegar a un acuerdo Aspace, explica.

El centro cívico de Novo Mesoiro y la escuela infantil A Caracola acogieron ayer unas jornadas para intercambiar experiencias y mejorar la gestión del programa de comedores ecológicos. Hubo charlas, talleres y participaron colegios, universidades, administraciones y también una entidad catalana especializada en este sector, Menjadors Eològics, que explicó su modelo de trabajo. El encuentro redobló el optimismo de Alega. "Me quedó con lo que dijo una profesora de la Universidad: es una revolución silenciosa", resume Belén Rodríguez.