Llevaban varios días preguntando cuándo venía y ayer por la mañana por fin entró Nuba en la escuela infantil A Pardela de Os Regos, una Golden retriever de casi cuatro años que durante una hora les enseñó a niños de dos a tres años, jugando, algunas de las cosas más importantes de la vida. "Aprenden sobre responsabilidad, civismo, compañerismo, aprenden a compartir, se trabaja el aspecto emocional, y todo en una edad ideal para adquirir estos conocimientos, niños de entre dos y tres años", explica María Rodríguez, directora de este centro educativo de la rede Galiña Azul en el que ayer se realizó lo que se llama intervención asistida con animales.

Se trata de un programa que propicia la interacción de los pequeños con un perro para "educar en el bienestar animal y que sean adultos responsables y que eduquen también a los padres", según destacó Irene García, una de las responsables de la empresa Cadelar que se dedica a realizar estas actividades con niños y mayores.

Una veintena de niños se lanzaron encima de Nuba, que resistió los achuchones y caricias con infinita tranquilidad y paciencia demostrando ser una profesional. Los pequeños aprendieron cómo se pasea un perro, cómo se recogen los excrementos que deja y algunos cuidados como darle de comer, beber y cepillarlo.

"¡Mira cuántos pelos!", dijo una de las niñas de la escuela enseñando el cepillo tras darle varias pasadas a Nuba. "Es que se le está cayendo el pelo del invierno, ahora le viene el de verano, que es más fino", explicó otra de las responsables de Cadelar, Julia Piñeiro. Mientras un grupo de alumnos hacía de peluqueros, otros hacían de veterinarios con un perrito de peluche.

"¿Qué le damos de comer?", preguntó Irene. "¡Galletas!", gritó uno de los alumnos. Con una caca de aspecto muy realista, los niños aprendieron cómo se recogía con una bolsa, sin mancharse.

"Esta perra está entrenada desde que tenía tres meses, está acostumbrada al contacto con la gente, está en actividades con niños y también con personas mayores. No vale cualquier perro, tiene que gustarle estar con la gente y ser tranquilo. Con los perros consigues una motivación tan grande que logras su atención rápido y empatía. Aprenden a cuidar un animal, a perderle miedo, le ayuda al niño a relacionarse, a esperar su turno", relató Irene de Cadelar.

"En una de las sesiones un niño ya nos dijeron que le tenía mucho miedo a los perros pero al terminar lloraba cuando se marchó Nuba. Y se acuerdan de un año para otro de ella", agregó.

"El Ayuntamiento solo tiene competencias en mantenimiento, en las escuelas infantiles de la Galiña Azul pero nos gusta hacer algo más, aportar valor, por eso iniciamos este programa", explicó el concejal de Servizos Sociais de Oleiros, Ignacio Crespo.

"El año pasado fue el primero en que se hizo esta experiencia y las familias quedaron muy contentas y creo que va a tener continuidad", indicó la directora de A Pardela. Este programa, de una hora de duración, se va a realizar hasta junio en varias aulas de las cuatro escuelas infantiles del municipio.