La modificación del plan general de Curtis que suprimirá la categoría de suelo rústico de protección agrícola y de protección paisajística y reducirá a mínimos el suelo de protección forestal con vistas a regular los usos en rústico a través de un plan especial ha despertado todo tipo de suspicacias y temores en este municipio rural.

El Sindicato Labrego Galego y la oposición recorren durante los últimos días las parroquias para alertar de los efectos supuestamente perniciosos de una modificación urbanística que, alertan, "desprotege el suelo agrario y forestal", que quedará "devaluado" y "con menor protección". El Concello lo niega, afirma que se limita a cumplir la nueva Lei do Solo y garantiza la aprobación en un plazo máximo de cuatro años de un plan especial que regulará convenientemente los usos.

Los argumentos del Gobierno local (PP) no convencen ni al Sindicato Labrego ni a la oposición (Asembleas Abertas). Mientras que el Ejecutivo defiende una modificación urbanística que sentará los cimientos de un futuro rural ordenado, los detractores auguran que este cambio asestará una estocada al sector primario, principal fuente de riqueza del municipio.

¿Qué argumenta el Concello?. El Ejecutivo sostiene que con este cambio urbanístico da un paso más en la ordenación del suelo en el municipio que inició en 2015. Afirma que la modificación solo pretende "actualizar el suelo rústico a las distintas categorías que define la normativa en vigor" y poner orden con la aprobación de un plan especial en el plazo máximo de cuatro años que delimite los usos agrarios y forestales. Sostiene que actualmente "el rural presenta una intensa mezcla de usos, insertándose el forestal con el agrícola y ganadero". A consulta de este diario, la empresa que redacta el cambio urbanístico, Fernández Carballada Asociados, recalcó que "no se quita protección al suelo" y que con la modificación solo se pretende adaptar el PGOM a la nueva Lei do Solo, que remite la ordenación del suelo rústico a la normativa sectorial agraria y forestal. Este urbanista defiende que los usos se fijarán en un plan especial que el Concello consensuará con los propietarios; un instrumento, dice, "mucho más dinámico que permitirá adaptarse a las necesidades del momento?".

¿Qué denuncia el Sindicato Labrego Galego?. Este colectivo niega que la modificación urbanística tenga por objeto adaptarse a la nueva Lei do Solo; al contrario, afirma. El SLG reparte entre los afectados una alegación tipo en la que denuncia que el cambio urbanístico incumple la legislación en vigor y supone una clara "dejación de funciones" por parte del Concello. El sindicato admite que la Lei do Solo establece que será suelo rústico de especial protección aquel que haya sido delimitado en el catálogo oficial por el órgano que ostente la competencia sectorial, pero recuerda que también estipula que los concellos pueden otorgar esta clasificación a los terrenos que consideren merecedores de especial protección con la debida justificación. El SLG destaca que tanto los terrenos de la concentración parcelaria en trámites de Fisteus como amplias zonas de pastos y cultivos de alta productividad merecen su inclusión en suelo rústico de especial protección agropecuaria; así como también deberían clasificarse como suelo de especial protección forestal amplias zonas de terreno con plantaciones y no solo los montes de utilidad pública. Para el colectivo, el Concello comete un "fraude de ley" al catalogar todos los terrenos como suelo rústico de protección ordinaria, ya que, afirma, "emplea una catalogación de los terrenos que no es acorde con la realidad".

¿Qué critica la oposición?. Asembleas Abertas sospecha que el objetivo de esta modificación puntual es el favorecer la plantación de eucaliptos. La formación considera inaudita la supresión de suelo de protección agrícola en un municipio que tiene en la agricultura y la ganadería su principal fuente de riqueza. La oposición destaca la relevancia de un sector que cuenta en Curtis con cerca de cuatrocientas granjas y gestiona casi seis mil hectáreas y teme que esta modificación urbanística agrave la tendencia a la pérdida de superficie agraria útil

¿Qué opina la Xunta?. La Consellería de Medio Ambiente e Territorio atendió en parte las alegaciones del Sindicato Labrego Galego y ordenó someter la modificación urbanística al trámite de evaluación ambiental estratégica. La Dirección Xeral de Calidade Ambiental advirtió el pasado año de que el cambio de la categoría de suelo rústico de protección agropecuaria, que actualmente ocupa la mayor parte del municipio, a suelo rústico de protección ordinaria podría tener efectos significativos sobre el consumo de suelo y podría suponer "la pérdida de vinculación de los usos del territorio con sus valores y potencialidad". La Xunta permitió con todo seguir adelante con el cambio, que ha sido aprobado inicialmente con los votos del PP.