La economía sostenible, la vuelta al rural, el comercio de proximidad y la prohibición de los colores políticos. Esos son los ingredientes principales que han llevado a la Reserva da Biosfera Mariñas Coruñesas e Terras do Mandeo a convertirse en un "ejemplo" y en pionera en logros como ser la primera del mundo en crear una marca registrada de productos de su territorio en tan solo cinco años de existencia. Responsables de la reserva mariñana, de la red de reservas española, representantes de la Unesco, técnicos, representantes municipales, de la Diputación y de la Xunta, y entidades medioambientales se reunieron ayer en el jardín botánico de O Burgo para festejar el primer lustro de vida de la reserva.

"Para un mundo mejor, hay que convencer a la gente de regresar al rural creando una economía circular, retornar a lo que antes era Galicia para se pueda vivir dignamente y con orgullo de los que trabajamos en nuestra tierra", defendió el presidente, José Antonio Santiso, quien incidió en que hay que llevar las intenciones a la práctica: "Las teorías medioambientales están muy bien, pero si no se aplican no sirven para nada. En esta reserva intentamos llevar a la praxis el desarrollo sostenible. Tiene que ser algo conjunto, no sólo de las entidades y asociaciones medioambientales, administraciones sino de todos". Además, el presidente recordó que en la reserva está "prohibido el color político" porque, sostuvo, si se habla de "partidismo político, el proyecto no funcionará".

El alcalde de Culleredo, José Ramón Rioboo Castro, destacó su deber de involucrar a los más pequeños para generar una conciencia ambiental férrea. Para ello, apostó por las actividades didácticas para los escolares.

Miembros de otras reservas felicitaron a la mariñana por la "calidad" de su equipo y reconocieron las fórmulas que ha puesto en marcha como modelo para el resto de entidades y la rapidez con la que ha crecido. Tras los discursos, se realizó una plantación simbólica un albedro o madroño, árbol autóctono que da nombre al lugar del aeropuerto, se descubrió una placa conmemorativa del quinto aniversario y se degustaron productos locales.