La propuesta de renovación del Plan Director de Alvedro Plan Director de Alvedrosacude de nuevo el ayuntamiento de Culleredo. El núcleo de A Hermida figura entre los más afectados por el proyecto, que prevé la demolición de 55 construcciones, 17 de ellas viviendas. Los residentes en la zona, que ayer desconocían todavía la propuesta de actualización del plan, muestran diferentes opiniones sobre la posibilidad de que expropien sus casas: unos rechazan perder sus hogares de toda la vida mientras que otros aceptarían mudarse siempre que "paguen bien", como, aseguran, hizo el Gobierno central en O Curro con la expropiación de 46 viviendas para ampliar la cabecera del aeródromo.

"Cuando vives aquí ya sabes lo que hay. Esto tiende a desaparecer. No fue en la otra ampliación, pero llevo diez años viviendo aquí y ya no me pilla de sorpresa", asegura Miguel Calvo, residente en A Hermida. El vecino asegura que no tendría problema en perder su casa siempre que perciba una compensación económica que considere justa. "Todo depende de si pagan bien, depende de lo que te den por la casa", señala y asegura que a los vecinos de O Curro les "pagaron bien" cuando se amplió la cabecera, momento en que él y numerosos residentes en la zona se movilizaron para tratar de parar los derribos o reclamar indemnizaciones justas si se ejecutaban.

En la misma línea se manifiesta María Pilar Díaz. "Pagando bien, me parece perfecto que tiren las casas. Yo ya soy mayor, tengo que pagar a alguien para que me corte la hierba, y no tendría problema si pagan lo suficiente para que pueda coger otra casa o un piso pequeño que me llegue para mí y que le pueda quedar a mi hija o a quien me cuide", asegura esta residente en A Hermida. Igual que Calvo, recuerda que se manifestó por los derechos de los expropiados de O Curro y sospecha que la presión vecinal ayudó a que las cuantías de las indemnizaciones fueran buenas.

Distinta es la opinión de Lucía Patiño, otra de las residentes en A Hermida, en la parte más próxima al aeropuerto de Alvedro. Preguntada por la posibilidad de perder su vivienda en una futura ampliación del aeropuerto, asegura rotunda: "Me parece mal". "Mi casa es pequeña pero igual que me arreglé hasta ahora, me arreglo", afirma. Patiño sostiene que todavía está pendiente de que le instalen las nuevas ventanas, dentro del plan de aislamiento acústico de Alvedro. "Midieron y firmaron, están para poner las ventanas", cuenta. Admite que en mediciones anteriores se hablaba de que se incluiría en proyectos de ampliación la zona de su casa, hasta la mitad de la finca de la vivienda situada enfrente, al otro lado de la carretera. "Pero después quedaron en que no", apunta. Sobre la posibilidad de que las alegaciones, para las cuales se abrirá un plazo de 45 días, modifiquen la propuesta, recuerda: "También hicimos una manifestación cuando tiraron las casas de O Curro, fuimos allí todos los vecinos, y nada".

Vecinos de la zona ya más próxima a Fontemaior, sin embargo, comentan que aceptarían gustosos la expropiación y el derribo de sus casas si se ofrecieran las mismas condiciones que en O Curro y lamentan quedarse fuera de la ampliación proyectada. Otros, como Melisa Cho, explican que viven de alquiler y que de todos modos pensaban dejar pronto la vivienda, afectada por el plan director, debido a los ruidos que sufren por el tráfico del aeropuerto, incluso aunque su casa ya cuenta con las medidas de insonorización previstas.